El problema base de esta moneda virtual, como de cualquier otra moneda es que se comience a aceptar como medio de pago en círculos externos a Facebook y se use para otro tipo de intercambios comerciales. Imaginemos, por ejemplo pagar en eBay con esta moneda o aceptar pagos de cualquier transacción monetaria con una moneda que va a presentar unas tasas de intercambio con el resto de divisas. El monopolio de emisión de moneda que ostentan los estados puede temblar si el uso de esta moneda virtual cala fuerte.
El comercio de productos y servicios virtuales es una realidad pero diferenciar la moneda virtual de la divisa actual no es tan difícil. Basta con contar un sistema de respaldo de tasas de conversión y articular las oportunas entidades de dinero electrónico para que este tipo de nuevas entidades financieras cobren toda la fuerza que necesitan.
Los gobiernos no van a ver con buenos ojos este movimiento de Facebook, tan solo porque cuentan con una masa social que puede generar que su propia moneda traspase las fronteras de la red con suma facilidad. Si los gobiernos pierden el control y el monopolio de la emisión de las monedas, la economía va a cambiar de una forma inesperada y las reglas de juego no las establecerán los mismos que las colocan hoy en día. Atentos al futuro que esta apuesta es fuerte y nos puede deparar muchas sorpresas en el terreno económico.
Más Información | Cinco Días, El Pais
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