La cotización de bitcoin no está en la luna, donde desean verla sus adeptos, pero ayer, 22 de diciembre, superó los 874 dólares un valor que no había alcanzado desde febrero de 2014 y que todavía está lejos de los 1.165 dólares que alcanzó en noviembre de 2013. Aunque si hablamos de capitalización, sí que acaba de superar los 14.000 millones de euros que rozó en aquel momento. Y todo ello, a pesar de que el 2016 comenzó con augurios de que iba a ser el final de esta monedad virtual y de que en los últimos doce meses se han vuelto a suceder casos de robos en importantes casas de cambio, nada de esto ha podido evitar el espectacular rally alcista que ha protagonizado su cotización. En lo que va de año, acumula una revalorización del 79%, según datos de Bloomberg y supera con creces el comportamiento de los principales activos financieros del planeta.
Desde el Brexit, a la victoria de Donald Trump pasando por los temas propios de la tecnología blockchain y, sobre todo, la guerra de divisas sustentan la subida. Para Bloomberg los motivos principales que han alimentado la subida de bitcoin pueden dividirse en dos. Entre ellos están los que afectan exclusivamente a la moneda como el incremento de la confianza, que ha pillado desprevenidos incluso a más de un experto en esta tecnología. En contra de lo que apuntaban las tendencias de hace un año, en estos últimos 12 meses el número de comercios en todo el mundo que aceptan la moneda no para de aumentar e incluso los grandes poderes financieros parecen haber tirado la toalla de la demonización y han optado,sino por apoyar directamente a bitcoin, al menos por invertir en la puesta en funcionamiento toda la maquinaria para tratar de conseguir su propia moneda virtual.
Además, asegura la agencia, en 2016 se ha reducido la oferta de bitcoins, debido a que los mineros (los expertos informáticos voluntarios que se encargar de generar y controlar la creación de la moneda a través de la tecnología blockchain) cada vez cobran menos y eso desincentiva la actividad. También porque, la tecnología sobre la que se sustenta la creación de la contabilidad virtual de bitcoin ha tocado techo y la alternativa capaz de de ampliar el almacenaje de bitcoint (segwit) todavía no está suficientemente implantada.
Pero sobre todo, los motivos que es están alimentado el rally de esta moneda virtual tienen conexión con acontecimientos económicos y políticos del mundo real.
La incertidumbre creada por el Brexit o la llegada al poder de Donal Trump en EEUU ha despertado suficientes dudas como para motivar que muchos inversores busquen refugio para su dinero en activos fuera de la influencia del devenir político. Y bitcoin emerge como pocos en esa búsqueda. También es una alternativa para quienes quieren asegurarse que las remesas de inmigrantes llegan a su destino sin problemas aduaneros.
En la misma línea, los chinos cada vez confían más en bitcoin como refugio ante la intensa devaluación del yuan o las restricciones que Pekín impone para las compras internacionales.
En 2017 podría alcanzar los 2000 euros
El banco de inversión Saxo Bank, en sus previsiones de 2017 ha apostado porque estas incertidumbres políticas pueden llegar a disparar la cotización del bitcoin hasta los 2000 dólares en los próximos 12 meses.
Pero predicciones aparte, si hay un acontecimiento que ha disparado la cotización de bitcoin en 2016 ese ha sido la denominada guerra contra el efectivo. En estos últimos meses, países tan diferentes como Venezuela, Australia, Uruguay, India, Portugal, Grecia, Italia e incluso España han apostado por recortar, de una u otra manera, la circulación de dinero en efectivo, con consecuencias como la que en su momento explicamos en este blog.
La relación entre esas decisiones y la subida de bitcoin está siendo clara y generalizada. Como ejemplo, basta saber que en noviembre de 2016, después de que la India prohibiera la utilización de los billetes de 1.000 y de 500 rupias, (los de más alta denominación y los más utilizados de país) y de que se restringiera el comercio con oro se dispararon las transacciones de bitcoin entre un 20% y un 30%, según UnoCoin el principal portal de intercambio esta moneda virtual en el país.
La utopía de frenar a los malos prohibiendo el efectivo
Tal vez esta sea tan solo una consecuencia inesperada para todos esos Gobiernos que en pleno siglo XXI ha apostado por imponer teorías desfasadas para luchar contra el mercado negro, la financiación del terrorismo y demás actividades ilegales a lo largo y ancho del planeta.
Tal vez cuando el economista Guillermo de la Dehesa solicitaba en 2007 en un artículo en El País la retirada paulatina del dinero en efectivo para poder ahogar financieramente a las actividades ilícitas sus teorías podrían haber tenido algún sentido. "Sin billetes viviríamos en un entorno mucho más seguro, menos violento y con mayor cohesión social, al desaparecer de un plumazo e mayor incentivo que ampara la actividad ilegal en el mundo", decía De la Dehesa.
Nadie puede asegurar ahora que hubiera ocurrido en caso de que los gobiernos de entonces la hubieran aplicado. Lo que está fuera de toda duda, es que en 2016, con los avances tecnológicos que nos acompañan y la irrupción de las monedas digitales la desaparición de los grandes billetes no pasa de ser un mero contratiempo. Las mafias que canalizan la financiación de las actividades ilícitas hace años que descubrieron lo que los expertos llaman la internet oscura o Darkweb (un mundo digital que se escapa al conocimiento de los ciudadanos normales), pero en el que se mueven sin ningún tipo de control todas las organizaciones ilegales.
En este momento, es difícil saber si será bitcoin la moneda que dará al traste con las intenciones oficiales de controlar los flujos de dinero que financian a los malos del planeta o cualquier otra moneda virtual. Lo que está claro es que la partida de la fuga de capitales delictivos y el blanqueo de los mismos se está jugando en un tablero muy distinto al que ha planteado Montoro y sus homológos a lo largo del planeta.
A estas alturas, incluso es dudoso, que hasta un utópico final de los paraísos fiscales tal y como los conocemos ahora pudiera acabar con el problema. Todo apunta que en los mundos de la Darkweb deben estar tronchados de la risa con estos obsoletos intentos de control del mal.
Porque como decía el profesor de economía Juan Manuel López-Zafra, hace unos días en su columna de El Confidencial. "Jamás mediante la represión se ha logrado vencer la ilegalidad. Son miles los millones destinados a la lucha contra la droga, la ley seca, los embargos internacionales a potencias terroristas; nunca se han logrado más que éxitos puntuales que se han vendido como pasos de gigantes. El comercio ilegal nace con la ley, y con ella morirá: cada barrera legal es una restricción a la libertad de los ciudadanos de bien ante la que los malos ríen." Mucho más con bitcoin inventado.
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