En comparación con meses anteriores, este dato es inferior en tres décimas al registrado en diciembre (- 1 %) y supera en una décima el indicador adelantado (- 1,4 %). La principal causa de estos descensos lo encontramos en el abaratamiento del petróleo, y no en la contracción de la demanda interna, que poco a poco parece que levanta cabeza.
¿Debemos preocuparnos? Como hemos señalado en otras ocasiones, no. Coincido con Onésimo en que un poco de deflación no nos viene nada mal, como demuestra el hecho de que a pesar de que los precios caen mes a mes, el Producto Interior Bruto (PIB) levanta cabeza y presenta tasas de crecimiento positivas.
A menores precios, mayor poder adquisitivo por parte de los consumidores y, por tanto, más compras. Que no nos líen con datos macroeconómicos para decirnos que la inflación controlada es buena y la deflación mala. Por desgracia, la economía no siempre es una ciencia exacta.
En El Blog Salmón | La deflación es como el colesterol, hay buena y mala, Yo quiero más deflación