Todos los años tenemos la misma canción, sale el ranking de Shaghai y los resultados de las universidades españolas son desastrosos a nivel global. Este años ni siquiera hay una universidad española en el top 200 (hace tiempo nos rasgábamos las vestiduras porque no hubiera ninguna en el top 100). Ahora nos tenemos que conformar con una representación aceptable de universidades españolas entre el top 200 y top 500.
Por supuesto, inmediatamente después salen artículos defendiendo a la universidad española, afirmando que el ranking está mal hecho y que los graduados son muy buenos. Normalmente estos artículos están firmados por uno o más profesores de universidad española que defienden su trabajo. De hecho yo mismo hace tiempo escribí qué a pesar de la mala posición en los rankings era buena idea estudiar en las mismas. Aunque hoy no voy a ir por ahí.
No tenemos dinero
Los profesores Pau Mari-Klose y Juan Ramón Barrada (ambos de sociología en la Universidad de Zaragoza) han escrito un artículo de opinión en el diario sobre por qué a pesar de los problemas de la universidad española no debemos llevarnos las manos a la cabeza. Empiezan por la falta de recursos que tienen las universidades españolas comparadas con las que lideran el ranking, afirmando que son privadas con muchos recursos (sobre la verdadera naturaleza privada/pública de las universidades de EEUU ya hemos hablado bastante, no me parece que ese sea un factor determinante para nada).
Es cierto que cualquier universidad del top ten o incluso del top cincuenta tienen unos recursos por alumno extraordinarios respecto a la universidad española. Eso se lleva diciendo desde hace bastante tiempo como ellos señalan. Es cierto que las universidades españolas tienen muchos menos recursos que las de otros países. También es cierto que las subidas en las tasas no han desembocado en un mayor presupuesto por alumno.
Pero también en el ranking de Shanghai vemos que países que no son mucho más ricos que España, si tienen universidades bien situadas en el mismo, quizás no en el top 100 pero sí en el top 200. Me refiero a Brasil (Universidade de São Paulo top 200), Israel (Technion en el puesto 93 y tres más en el top 200), Italia (Sapienza de Roma y la de Padua, ambas en el top 200), Portugal (la de Lisboa en el top 200), Rusia (la Estatal de Moscú en el puesto 93) y Corea del Sur (la nacional de Seúl en el top 150). Es decir, no sólo es cuestión de presupuesto.
¿Está el ranking mal hecho?
El siguiente motivo que aducen los profesores Mari-Klose y Barrada es que el ranking se centra en la investigación y especialmente en la de élite, centrándose sobre todo en las revistas de alto impacto y en los premios Nobel y medallas Fields. Es cierto que la proporción de los Nobel y medallas Fields es absurda, especialmente porque hay cientos de investigadores que han hecho grandes contribuciones a la ciencia y que no han recibido un Nobel. Pero dada la grandísima variedad e importancia e incluso poco criterio de algunas revistas académicas, centrarse en las más importantes es un método de que no estén todas las que son, pero sí sean todas las que estén. No todos los grandes científicos han recibido un Nobel, pero todos los que lo han recibido son grandes científicos (a pesar de que puedan estar un tanto obsoletos dado a que han aparecido nuevas disciplinas o se han fragmentado las existentes).
Otro motivo que dan es que al ser un ranking basado en los resultados de investigación, los resultados de los rankings no favorecen a la universidad española que es muy generalista frente a instituciones técnicas. Eso podría ser un argumento, sino fuera porque del top 10, sólo dos son instituciones con un nombre técnico, el MIT (en el que se pueden cursar estudios no tecnológicos como historia) y el Cal Tech. Además según eso, las universidades técnicas españolas deberían de estar bien situadas, y sólo la Politécnica de Valencia aparece en el top 500.
Incluso si miramos en ranking español de webometrics, realizado por científicos de CSIC, no aparece ninguna universidad española en el top 100. Uno se pregunta si está el ranking mal hecho o es un argumento de alumno suspenso de “el examen era muy difícil “.
Las universidades españolas son buenas en la enseñanza
Por último tenemos que las universidades españolas están muy centradas en la enseñanza y poco en la investigación; motivo por el que las universidades españolas no salen mal en el ranking. Personalmente no creo que sea una buena idea excusarse en esto. Para empezar porque estamos queriendo sustituir algo que se mide fácilmente por algo que no se mide fácilmente como es la calidad de enseñanza. Tal vez si pudiéramos hacer el mismo examen a todos los alumnos que estudien algo parecido de todas las universidades del mundo tuviéramos un mejor resultado (para educación primaria y secundaria ya se hace algo parecido, el informe PISA), pero permítanme que discrepe de la calidad de la enseñanza.
No se trata sólo de que haya menos medios, sino que tengo muchas dudas sobre la calidad de la enseñanza. No tiene sentido que los profesores se dediquen a dictar su asignatura (algo que se hace todavía en muchas aulas, un ejercicio de copistería impresionante que nunca se llegó a ver en las abadías medievales a tal escala). Está la cantidad de alumnos que tardan más de los años establecidos en sacarse los títulos y la proliferación de academias privadas. Estas son las verdaderas causantes de la calidad de enseñanza, escuelas privadas que a un menor coste y con menos medios que la universidad, proliferan a su lado. Algo que no es nuevo, ya las había en los años 70 como me han confirmado muchos ingenieros que obtuvieron por aquel entonces la titulación.
Tenemos muchas universidades en el top 800 y hay campos de excelencia
Por último si les voy a dar la razón a los profesores sobre un motivo, la universidad española proporciona bastante educación de clase media con menor inversión que otras muchas naciones. En el top 800 no estamos mal situados en cantidad respecto a nuestra población y PIB. Estar en novena posición respecto a universidades en el top 800 si es algo remarcable y que celebrar (aunque no con champán).
No obstante, la falta de universidades españolas en la competencia global si es algo preocupante que debe ser atajado, especialmente en un mundo en el que nuestra posición económica necesita un incremento de la economía del conocimiento para conseguir mejorar y poder tener una economía moderna y equiparable a las de las potencias actuales y emergentes.
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