En España tenemos dos tipos de universidades privadas: de élite como el IESE o para que gente rica se pague la carrera a la que no llegó a entrar por nota

En España tenemos dos tipos de universidades privadas: de élite como el IESE o para que gente rica se pague la carrera a la que no llegó a entrar por nota
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Entre la universidad pública y privada, siempre se ha presentado una dualidad que va más allá del precio de las matrículas. Y aquí hay dos mantras que se repiten: que las notas de corte de la pública ofrecen un mejor desempeño, por regla general, y que las facultades privadas se dividen entre aquellas que acogen "rebotados" por nota de corte y centros de élite, en los que formar a la siguiente generación de empresarios.

Parece que estas predicciones pueden ser certeras y relativamente fáciles de comprobar en algunas carreras y, para muestra, podemos echar un vistazo al porcentaje de excelencia (alumnos entre el 27 % con mejor nota) que se ha publicado con los datos del examen MIR 2024.

Excelencia, por nota de corte

En el porcentaje de excelencia, solo dos universidades privadas (la Universidad de Navarra, en tercera posición, y la Internacional de Catalunya, en el decimoctavo puesto), han obtenido egresados con un desempeño igual o mayor a ≥ p73 (27 % con mejor nota). En el resto de los casos, las veinte primeras posiciones las ocupan estudiantes de universidades públicas: la Autónoma de Madrid, la Universidad de Oviedo o la Complutense en las primeras posiciones.

Como explica Óscar Hernández, en X, en 2017, los alumnos con mejores notas preuniversidad elevaron las notas de corte de acceso a la universidad para medicina hasta el 12,1 sobre 13. De igual modo, los alumnos cuyo expediente académico se acercaba a la nota máxima, también han obtenido los mejores porcentajes de examinados con MIR excelente.

Así, los datos parecen confirmar un par de cosas:

  • Pagar una universidad privada, por lo menos en medicina, no garantiza obtener una buena posición en el MIR
  • Pagar mucho, tampoco

La universidad española se caracteriza por una fuerte competencia para ingresar en las facultades más demandadas: medicina, derecho, ADE. Esa oferta y demanda inherente en el sistema es posible que deje fuera a estudiantes con vocación que ven, en los centros privados, una alternativa para acceder a carreras con alta demanda.

Según los datos anteriores, existe una correlación directa entre estudiantes que entran por una nota de corte pública y desempeño académico. Además, se trata de un indicador clave que está en el expediente de todos los estudiantes.

Lo público y lo privado

Sin embargo, cabe señalar que las universidades privadas también funcionan como centros de élite. Instituciones como el IESE o ESADE destacan en rankings internacionales por su excelencia formando a empresarios y directivos. Para afirmar esto, contamos con datos objetivos —tanto del Financial Times como de otros medios de prensa especializada—.

Estas escuelas de negocio no tienen nada que envidiar a centros como el HEC Paris o el Insead, con programas a medida. El mercado y los resultados profesionales parecen validar la calidad ofrecida por la formación: por lo menos, a través de un análisis primario acción-resultado.

Todo indica que las universidades privadas desempeñan este  doble rol: sirven como una vía de acceso para estudiantes (a priori) con menor desempeño académico a carreras competitivas y, a la vez, destacan como centros de formación de élite en el ámbito empresarial. Las universidades privadas de élite, además, hacen un proceso de cribado similar gracias a su altísima demanda, algo que no pueden permitirse el resto, que principalmente dan la bienvenida a los estudiantes cuya nota no les ha permitido acceder a la formación pública.

A su vez, y aunque pueda sonar a obviedad, tampoco debería escapar al análisis que aquellas personas con mayor poder adquisitivo, pueden optar a todas las opciones, lo que supone una posición ventajosa tanto si pretenden construir una carrera profesional en un sector muy demandado como en centros de élite.

Al resto le toca seguir peleando por la mejor nota de corte: en cifras y datos, por lo menos, funciona para una mayor excelencia.

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