La quita de la deuda, sea selectiva o no, es algo que se lleva sacando a la palestra desde hace bastante tiempo. Remo ha analizado sobre lo complicado que resultaría hacer una quita selectiva de la deuda, principalmente por el principio de caja común que tiene la Administración.
Por otro lado ya hay quién se ha adelantado, el ayuntamiento de Guillena ya ha empezado su propia quita a base de decidir que los bancos a los que debe dinero hay que descontarles lo que se ha proporcionado de ayudas a la banca (Independientemente de que las ayudas hayan sido proporcionadas por otro nivel administrativo). Pero lo que no hemos hablado antes es de las consecuencias que tiene para una administración pública hacer una quita de su deuda.
¿Cómo se fijan los intereses de la deuda?
En la Edad Media los intereses estaban prohibidos y perseguidos por la inquisición. Se consideraba que el dinero no podía producir dinero. Eso hizo que se desarrollaran instrumentos financieros para esconder los intereses, principalmente la letra de cambio. Hoy en día sucede algo parecido con las finanzas islámicas, que han desarrollado bastantes instrumentos con tal de evitar eso.
Después se asumió que existían motivos justos para los intereses. La primera razón era la posibilidad de impago, el prestamista corría un riesgo y era lógico que fuera compensado. El segundo el uso alternativo que le podía dar el prestamista al dinero, por ejemplo comprarse una casa más grande o fletar un barco que comerciará con especias de oriente. Más adelante vendrá la inflación, si el dinero pierde valor con el tiempo, es normal que al prestarlo se devuelva más para compensar la pérdida de valor del dinero con el tiempo.
En realidad estos motivos de fijar los intereses de los préstamos no han cambiado demasiado. Cuanto mayor sea el riesgo de impago mayores serán los intereses. Cuánto más rentables sean las alternativas (ahora hay muy pocas rentables dada la expansión monetaria), mayores serán los intereses. Y cuanto mayor sea la inflación, mayor será la pérdida de poder adquisitivo y mayores serán los intereses a pagar.
Quita de deuda = altos intereses (como mínimo)
Recientemente el estado español se ha financiado a tres meses al 0,04% y 0,08% a seis meses. No ha sido cosa del verano, sino que hace unos meses los intereses a diez años fueron del 3,073%. Creo que nunca había conseguido unos intereses tan bajos.
En este momento la situación financiera mundial está más estabilizada (disminuye el riesgo de impago), tenemos los intereses del Euro más bajos de la historia con la lluvia de liquidez del BCE (por lo que cualquier cosa que de un poco de rentabilidad es bienvenida) y la inflación es muy baja. Obviamente esto no ha sido siempre así, todos recordamos esos días en los que la prima de riesgo abría los telediarios.
Una quita de la deuda significa que el riesgo de impago deja de ser una posibilidad y se convierte en un impago. Da igual el motivo, el dinero es miedoso. La deuda pública no sólo es utilizada como método de inversión, sino también como colateral para garantizar operaciones financieras o como forma de financiación a corto plazo. Si deja de ser segura, nadie va prestarnos a intereses de inversión segura, vamos a convertirnos en una inversión de alto riesgo (y con suerte).
Esto lo sabe cualquiera que haya solicitado un préstamo en el banco. Los intereses son mucho más bajos si es para una casa con garantía hipotecaria (en caso de impago el banco recupera algo) que si es un préstamo para irnos de viaje al Caribe.
¿Se quedan completamente sin financiación los estados que hacen quitas? No necesariamente, pero a merced de los más buitres que buscan rentabilidades altas. También a merced de prestamistas que ponen condiciones especiales para financiar, cómo por ejemplo el FMI que suele imponer un programa de reformas o de acreedores que van a pedir favores especiales (por ejemplo China). Es decir, muchas veces queriendo huir del mercado, nos acabamos exponiendo a lo peor del mismo y de las mayores pérdidas de soberanía nacional.
Por otro lado, ya puestos, hay quién opina que se puede hacer una quita al 100% de la deuda pública (y no en España). De ese modo nadie nos prestaría más y el estado se vería obligado al déficit cero (quebrarían muchas empresas financieras, fondos de inversión y muchos pequeños ahorradores perderían su patrimonio por el camino, todo hay que decirlo).
Las alternativas a los intereses bajos
Bien, supongamos que se hiciera una quita selectiva de la deuda cómo se propone bastante por parte de Podemos (para quién diga que lo que se propone es una auditoría para ver qué parte es legítima, creo que queda bastante claro que el paso siguiente es hacer una quita de la ilegítima, o es una pérdida de tiempo y dinero).
Hay quien puede opinar que mejor quitarse la deuda, porque vamos a cumplir el déficit cero a partir de este momento al tener que pagar menos intereses. Personalmente no lo creo. Para empezar porque las propuestas de podemos suponen un incremento del gasto público (RBU por ejemplo) y la deuda no la tenemos a un plazo muy largo, sino que hay vencimientos a seis meses, un año, cinco, diez, etc.
En ese caso ¿qué alternativas tenemos? Pues precisamente en el programa de Podemos lo que se propone es que el BCE compre deuda directamente a los estados miembros. El BCE no puede hacer eso, aunque Pablo Iglesias ocupara la Moncloa, habría que reformarlo y eso requeriría que más países estuvieran a favor de hacerlo. Así que sin consenso de los otros países europeos quedan dos opciones:
- Salirse del Euro y crear la neopeseta
- Salirse del Euro y crear una zona monetaria europea con otros países europeos que quisieran seguir ese camino.
Aparte de una devaluación brutal que tendría la moneda, me temo que la política de imprimir dinero según los criterios políticos acabaría mal. Básicamente porque en todos los países donde se le ha dado vía libre a la impresora no han acabado bien. Tenemos ejemplos como la República de Weimar, Hungría, Yugoslavia, Venezuela, Zimbabue, etc. Ninguno de esos países me parece un modelo a seguir. Ya puestos, me parece mejor que le den dinero a los ciudadanos directamente. Desde un helicóptero si hace falta.
Así que cualquier país que se plantee una política de quita de deuda, debería de presentar antes un estudio serio sobre el efecto que va a tener sobre su financiación a largo plazo. Porque puede que pasen décadas hasta que se vuelva a la normalidad. En esas décadas podemos encontrarnos con estar sometidos a poderes ajenos a la soberanía del parlamento elegido en las urnas (sí, más todavía) o en una situación que conduzca la economía a una situación poco apetecible.
Por tanto, antes de aplaudir una “quita selectiva de la deuda ilegítima” me gustaría que me dijeran de qué tenedores, qué cantidades y cómo se espera financiar el déficit del estado todos los años siguientes. Asimismo de cómo se plantea afrontar los vencimientos de los títulos de los próximos años. Mientras tanto, no me parece una propuesta seria, sino perjudicial para la economía.
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