La publicación de la Encuesta de Estructura Salarial por parte del INE ha dado mucho que hablar estos días. A grandes rasgos: el sueldo medio, sube; el sueldo mediano (o sea, el que divide al número de trabajadores en dos partes iguales, los que tienen un salario superior y los que tienen un salario inferior), también; pero el salario más frecuente (la moda), disminuye.
Con los datos recopilados de más de 200.000 trabajadores en 2022, podemos hacernos una idea sobre horas trabajadas, condiciones laborales y salarios. De los datos aportados, han empezado a circular gráficos sobre salario medio, mediano y la moda (aquel sueldo más frecuente) que, en estos cuatro años, cayó, pese al incremento de los salarios, y se interpretó como una señal de pérdida salarial, que ahora parece explicar una historia distinta...
El efecto SMI
Según comentaba el economista Manuel Alejandro Hidalgo para Cinco Días: a partir de 2008, la desigualdad salarial incrementó todavía más la precariedad de los sueldos más bajos, que ganaban menos debido al menor número de horas trabajadas.
Entre 2018 y 2022, el principal cambio observado ha sido una mejora de ingresos, que ha "apretado" la distribución salarial (los salarios bajos han crecido más rápido que los salarios altos).
En el gráfico siguiente, se puede observar (en naranja) un crecimiento notable en esta franja (por debajo y ligeramente por encima de los 20.000 euros), que se ha visto reforzada en los cuatro años entre 2018 y 2022.
La principal explicación
Entre las posibles causas de este cambio, se considera que el aumento del sueldo mínimo interprofesional (SMI) ha sido clave para impulsar el crecimiento de los salarios más bajos.
En los gráficos de dispersión que se han facilitado, parece evidente cómo la presión sostenida por el SMI genera un efecto directo (o, por lo menos, una clara correlación) con rangos salariales ligeramente superiores.
En franjas salariales superiores, estos cambios son menores, si bien se ha observado un crecimiento sostenido en otros rangos entre los 25.000 y los 60.000 euros, con percentiles de entre un 0,2 y un 0,1.
No obstante, hay que coger estas cifras con pinzas, tanto por la falta de datos (que son consultables, por descontado) sobre los salarios reales netos, así como el movimiento hacia el tramo de la izquierda (salarios más bajos).
Qué dicen los economistas
Hidalgo comentaba también sobre el "apelotonamiento" de trabajadores en un espacio (laboral) que antes se encontraba más disperso (en las franjas salariales).
Si esto ocurre debido al SMI, el suceso será, principalmente, positivo, ya que el efecto se concentrará en una zona de los sueldos, y explicará claramente el por qué: algo habitual en épocas en las cuales los salarios no suelen crecer y se da una mayor distribución en la parte baja del mercado laboral.
En cambio, si se trata del tipo de empleo que se ha creado, en España, estos últimos años, puede no ser tan buena noticia, ya que estaríamos hablando de una concentración del trabajo en esa franja.
Como suele ocurrir, quizá no sea ni A ni B, sino que todas estas casuísticas compartan parte de razón, junto con el aumento de las horas extra. El peso de la inflación para los trabajadores y la necesidad de relacionarlo para una visión más realista, queda para otro artículo. (La razón principal sobre por qué la economía española va como un cohete y nosotros no lo estamos notando: el coste de vida ha crecido mucho más que los sueldos.)
En conclusión, datos complejos para emitir conclusiones cerradas o confirmar con seguridad la hipótesis que revolotea en el aire (y corre el riesgo de simplificar un análisis del que cuelgan muchos elementos).
A priori, parecen buenas noticias, tocará parar quietos y terminar de revisarlo todo con calma.