¿Por qué cuento todo esto? Porque es bueno conocer qué cosas no tienes que hacer para lograr que alguien invierta en tí o en tu empresa. Sin ir más lejos, tenemos que tratar de no ser tan pesados, conviene no limitarse a llamar a la puerta de unos pocos sitios para conseguir financiación, hay una amplia variedad de personas dispuestas a escuchar. La empresa no la forma una única persona, conviene ser varios de cara al exterior, esto indica falta de confianza en el proyecto, y más cuando no has conseguido convencer a nadie que vaya contigo al lado oscuro. Las ideas están para irlas mejorando, el secretismo supone eso, que nadie sepa que existen, y a cuantos más eventos se asista para compartirlas, más factible es que se acerca alguien a apoyar tu aventura. Y el propio emprendedor debe ser quien corra con el mayor riesgo, si el futuro inversor no ve eso, será difícil que decida apostar a tu propuesta.
Todos estos puntos los explica mejor y con ejemplos Angel María en su blog. E incluso en los comentarios, alguno de sus lectores anotan otros errores en los que se pueden caer para no lograr financiación.