La medida permitirá ahorrar nada más y nada menos que el 10% del consumo energético de la empresa durante estos meses, con la consiguiente disminución de emisiones de CO2 al medio ambiente. Una decisión bastante acertada que cuadra bastante con la política (sea de marketing o no) de empresa centrada en el desarrollo sostenible.
Y es que es bastante normal en todas las empresas comentar que en los edificios, que se suponen muy inteligentes, se pase calor en invierno y frío en verano. Eso es un despropósito. Un despilfarro energético y un problema para el medio ambiente. No se puede estar a 26 grados en invierno y a 21 en verano, sino más bien al revés.
Espero que muchas compañías tomen medidas parecidas y que además relajen las normas de vestimenta para que los empleados puedan estar más cómodos. Además se ahorrarán un buen pico en la factura de la luz.
Vía | El País