Durante 2022 La Unión Europea ha conseguido algo por lo que nadie daba un duro hace tan sólo seis meses, prescindir del gas ruso sin que acabe destruyendo a su industria y el bolsillo de los europeos. Ha costado mucho y ha sido una combinación de factores, además de suerte, pero habiendo entrado en 2023, podemos dar por hecho que se ha conseguido.
Por otro lado Rusia ha perdido a su principal cliente. En 2020 el 39,5% de sus exportaciones eran hacia la UE. Aunque no les faltan compradores (China e India están hambrientas de recursos, ya contaremos más al respecto en otra ocasión) no es tan fácil que sustituyan a la UE como compradores, aparte de que Rusia se queda a expensas de China
Cómo ha conseguido la UE librarse del gas ruso
A principios de noviembre la Televisión Pública Española publica un documental que preveé el apocalipsis industrial y energético para Alemania. A mediados de verano El FMI mostraba su preocupación, la BBC mostraba las posibilidades y desafíos y Gazprom amenazaba con más recortes. Estaban equivocados. En diciembre los futuros del gas en Europa están a precios normales. Incluso pre-guerra en Ucrania. ¿Cómo ha conseguido la Unión Europea superar las expectativas de incluso los más optimistas?
Con la explosión de los gasoductos Nordstream 1 y 2 que unían directamente los campos de gas rusos con la industria alemana pasando por el Báltico, se esperaba que la UE tuviera serios problemas este invierno ya que el 45% del gas de la UE venía de Rusia (ya algunos años este había superado el 50%). Según este informe de Vanguard, se han hecho estas acciones:
Aumentar los flujos de proveedores de gas cercanos: países como Noruega o Azerbaiyán han incrementado su importancia como proveedores de gas natural de la Unión Europea. Los conductos actualmente están a plena capacidad.
Almacenar y tirar de las existencias: el consumo del gas es mayor en invierno y menor en verano. El flujo de los gasoductos es constante todo el año. Por tanto había instalaciones capaces de almacenar grandes cantidades. Durante todo 2022 se estuvo almacenando todo el gas posible y se han estado usando estas reservas.
Sustituir el gas con alternativas: ya sean combustibles fósiles o energías renovables o aplazar los planes de prescindir de la energía nuclear en Alemania, si hay una alternativa al gas, se ha puesto en práctica.
Importar GNL: el principal cambio ha sido que la UE ha empezado a tirar de importar Gas Natural Licuado de todas partes. Ya no sólo de Qatar o EEUU (las principales fuentes de GNL de la UE), sino que se han pasado a importar hasta de Australia.
Medidas de ahorro: los altos precios de la electricidad y el gas que pagamos los europeos no son casualidad, nos están forzando a ahorrar más energía que nunca. El 15% del ahorro del gas ruso viene debido a que gastamos menos.
La suerte: este invierno ha resultado bastante cálido en Europa occidental (no así en EEUU o Rusia), por lo que no ha sido necesario consumir tanto gas como se hubiera esperado.
Con todo este conjunto de medidas, la UE ha reducido su dependencia del gas ruso en aproximadamente un 80% en menos de un año. Aunque nos pueda parecer más, hace menos de un año que comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Esto no significa que Europa se vaya de rositas, ahora estamos pagando mucho más por nuestras fuentes de energía. De hecho la eurozona ha pasado a tener déficit por cuenta corriente.
Los problemas de Rusia ahora que la UE deja de comprar gas
¿Puede Rusia reemplazar a la UE como cliente de su gas? Sí, pero no es tan fácil. Los campos de gas de Rusia están más cerca de Europa occidental que de la china costera (donde se sitúa la mayor parte de la población e industria). Adicionalmente la infraestructura rusa está mucho más orientada hacia Europa occidental, no hacia China o la India. Es decir, estos clientes serán un poco más difíciles de servir que Alemania o Polonia.
Se pueden construir gasoductos hacia China, India y Pakistán, obviamente, incluso explotar en mayor medida campos de gas más cercanos a China, pero eso no es un trabajo que se pueda hacer de un día para otro. Tardarán años en poder ofrecer el volumen que ofrecían a Europa. Además, estos países tendrán que adaptar su infraestructura para usar más gas. Por otro lado, no me extrañaría que hayan aprendido de Europa y no quieran depender en exceso de Rusia como proveedor energético.
Deshacerse de su principal cliente al que iban el 39,5% de sus exportaciones no va a ser fácil para la economía rusa, especialmente en este momento de sanciones. Tampoco va a ser fácil para la Unión Europea y Reino Unido, que tendrán que acostumbrarse a funcionar con energía más cara y sin tirar del que hasta hace nada era su principal proveedor y uno de los más lógicos debido a la cercanía, pero de momento se ha superado un obstáculo para occidente que hasta hace meses se podía dar por imposible.
Pregunta a los lectores ¿quién creen que sale peor parado?