Lehman Brothers: ¿qué se debería hacer con un banco en dificultades?

Hace unos días hablé en estas páginas de lo que pasó de verdad con la caída del banco de inversión estadounidense, Lehman Brothers, y de la falta de agilidad y acierto de las autoridades de ese país, con la consecuencia de que el contagio financiero tomó el liderazgo y causó un desplome generalizado en el sector financiero y más allá. Como el caso Lehman Brothers ahora se utiliza como el ejemplo para justificar que los bancos grandes no se pueden dejar caer, el anterior artículo explicó los pasos equivocados que se siguieron en ese caso.

Comentaristas de alguno de mis artículos sobre este tema ya me han declarado que no creen en la posibilidad de quiebra controlada y uno me ha dicho que deberíamos rescatar bancos una vez, quizás dos, pero no a la tercera, como si sus argumentos en contra de la quiebra controlada no existiera a la tercera vez. Está claro que no hay que hacer las cosas como se hicieron con Lehman Brothers y es posible hacer las cosas mucho mejor para que el único camino abierto con los grandes bancos no sea el que algunos piensan, el de rescate permanente, y este artículo habla de estos temas.

Repito lo que dije en mi anterior artículo que no hay que confundir los bancos con el sistema financiero” y tampoco hay que olvidar que, no sólo es posible una quiebra controlada de entidades financieras, pero se han visto ya en el pasado, incluso en España misma. Es importante tener un poquito de memoria histórica para que, como dijo George Santayana, no estemos condenados a repetirla, un problema que yo mismo tengo en estas páginas cuando se me critica por tener ideas y opiniones contrarias a lo que he escrito en estas páginas pero, como es un trabajo tener que volver atrás y documentarse, pues parece que lo que se dijo antes no cuenta.

Vamos a tomar algunos ejemplos de intervenciones pasadas que demuestran que bancos o grupos financieros se pueden dejar caer sin “dejar caer el sistema financiero” como preocupa correctamente a mi compañero Alejandro.

En 23 de febrero de 1983, un conglomerado de 700 empresas llamado Rumasa fue expropiado por el entonces gobierno español. Este grupo, tenía en su cartera de empresas varios bancos, incluyendo los siguientes: Banco Atlántico, Banco de Jerez, Banca Masavéu, Exbank, AVA, Eurobank y Banfisa, y la causa principal de la expropiación fue que estos bancos no estaban bien controlados y que sus actividades eran muy opacas y que, además, en su conjunto, estos bancos podrían causar daños al sistema financiero español. Sin entrar en las razones por qué se expropió, sólo el cómo, la propiedad de todas estas empresas, incluyendo los bancos, pasó a manos del Estado.

Los bancos de este grupo se cerraron o se vendieron y, al final del proceso, el sistema financiero español ni notó la diferencia. Con estos bancos en manos del gobierno, ni sus depositantes ni sus contrapartidas, los otros participantes del sistema financiero, tanto en España como fuera de España, se espantaron precisamente por el cambio de riesgo de un grupo opaco y difícil de definir hacia el riesgo soberano de un país, España.

Otro ejemplo se ha visto el 28 de diciembre de 1993, el Banco de España interviene al entonces banco más grande del país, Banco Español de Crédito, Banesto, destituyeron al Consejo completo de ese banco y lo reemplazaron por altos directivos de los distintos bancos del país liderados por Alfredo Saenz, que era vicepresidente del entonces Banco Bilbao Vizcaya y ahora es Consejero Delegado del Banco Santander. Mientras los nuevos directivos se pusieron manos a la obra con los inspectores del Banco de España, el gobierno hizo una subasta para la venta del banco entero, subasta que ganó el Banco Santander.

Tampoco vimos ni desplome ni desaparición del sistema financiero español ya que, después de la intervención, el banco estaba en manos sólidas con el respaldo del Banco de España. ni sus depositantes ni sus contrapartidas, los otros participantes del sistema financiero, tanto en España como fuera de España, se espantaron precisamente por el cambio de riesgo de un grupo cuestionado hacia el riesgo soberano de un país, España. Nadie cuestionó su relación con el banco, pocos retiraron sus depósitos y nadie pensó en retirarle sus líneas.

Un poco de historia financiera de fuera de España. En Estados Unidos durante los años 1980 y principios de 1990 tuvieron una crisis de muchas de sus cajas de ahorros, los Savings & Loans, problemas muy similares a las que se ven con las cajas en este país. Esos problemas se vieron como resultado de la eliminación de regulaciones, eliminación que liberalizó sus actividades que les permitieron un crecimiento desenfrenado. Otra vez los reguladores fallando en su labor principal, el de regular.

En ese caso lo que hicieron es que establecieron el Resolution Trust Corporation (RTC) y nominaron a L. William Seidman, un contable estadounidense como presidente que he alabado en estas páginas.

El RTC tomó control de casi 800 cajas alrededor de Estados Unidos y, con el tiempo, fusionó, privatizó y vendió activos al sector privado, con el resultado de que, recuperaron muchos millones de lo que tenían en riesgo, aunque no todo, y traspasaron cajas y activos financieros de manos de los fracasados a manos de los que lo hacían bien, los compradores. Tampoco vimos durante ese proceso ni desplome ni desaparición del sistema financiero estadounidense.

Todo esto se hizo con moderación y con tiempo y el sistema financiero estadounidense, no sólo sobrevivió, pero su supervivencia no se puso en duda. Como dije en estas y en otras páginas, L. William Seidman hizo un magnífico trabajo y lástima que no le nombraron para gestionar la actual crisis.

Como dije anteriormente en estas páginas y para no reescribir:

Dejándoles caer, reorganizándolas, desguazándolas, cerrándolas, fusionándolas y, en algunos casos, capitalizándolas es el camino para la limpieza del sistema financiero y no es tarde para empezar. Hay formas de hacer eso y de mantener la integridad del sistema con la confianza del sistema de que los compromisos existentes que se han adquirido, compromisos hacia el sistema no los compromisos empresariales, se mantengan.

Es verdad que estos procesos costaron dinero público pero dinero público se ha tenido que utilizar de todas formas, lo importante es cómo se hace y quién se beneficia. En todos los casos que menciono, los que llevaron sus entidades financieras al borde de la quiebra, los directivos y los accionistas, perdieron y los sistemas financieros no se desplomaron porque estos recibieron su merecido castigo. Debo tener cuidado cómo lo digo ya que fui criticado por un comentarista, por mi tono, al celebrar que el presidente de Lehman Brothers se encuentre en la calle.

Si hubiéramos seguido el camino pasado con Lehman Brothers, el desplome financiero y la incertidumbre financiera no se hubiera visto o no de forma tan grave. Es importante proteger el sistema financiero en general, ya que hace mucho bien para la economía, como ya he hablado en estas páginas, pero las entidades que lo componen pueden sobrevivir o no y, si les ayudamos, que sea con consecuencias y con condiciones, como también he pedido muchas veces en estas páginas, por si alguien quiere molestarse en mirar atrás.

Como también he dicho en estas páginas:

...en algunos casos, este sector necesita respaldo por razones peculiares que conlleva.

Estas son que, en este sector, incluso un banco en buenas condiciones puede sufrir un problema si la falta de confianza en el banco e, incluso, en el sector en general, puede causar que el banco caiga. En este contexto, se acepta que bancos solventes que sufren una crisis de desconfianza ajena a su situación pueden recibir ayudas, limitadas y bien dirigidas.

Por razones del contagio potencial, se entiende la necesidad de estar preparados cuando hay problemas con algún participante del sector financiero, aunque de forma moderada, en casos selectivos, con consecuencias y con condiciones. En este contexto, quiero ver varios elementos de cualquier rescate o ayuda, que incluyen los siguientes:

  • Que los accionistas del banco ayudado pierdan, o se toma su banco y pierden todo, o se inyecta liquidez a cambio de capital barato, donde pierden en dilución.
  • Que el consejo y los altos directivos del banco ayudado son destituídos.
  • Que el consejo y los altos directivos del banco ayudado que se marchan no trabajen más en el sector financiero regulado.
  • Que el consejo y los altos directivos del banco ayudado devuelvan el 100% de la compensación recibida del banco, en cualquier forma que sea, sueldos, sobresueldos, bonus, pagos a sus planes de pensiones, acciones, casas, aviones, todo, durante los anteriores cinco años, quedándose sólo con el sueldo mínimo para esos años, no es excusa que tienen una alta hipoteca que pagar.

Los que llevan a bancos a la ruina son personas y estas deben entender las consecuencias del fracaso de su banco, que es su pérdida económica importante.

En El Blog Salmón | Lehman Brothers: ¿qué pasó de verdad?, ¿Por qué no se debe dejar caer el sistema financiero?, ¿Por qué se rescató a los grandes bancos? y ¿Cómo funciona el sistema monetario?
Imagen | Hans S

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