España tiene un sistema bastante malo para canalizar ayudas a los más necesitados. No lo digo yo, lo afirman varios estudios bastante serios. Tenemos una alta presión fiscal pero nuestro sistema no está pensado para ayudar a los más necesitados, sino que tiene otros objetivos.
Por mucho que se les llene las bocas a nuestros gobernantes de las palabras bonitas como solidaridad o igualdad, lo cierto es que sus políticas no buscan la consecución de estos objetivos, sino mantenerse en el poder y no alterar el statu quo. Eso se consigue teniendo contentos a aquellos segmentos que más votan.
Lo cierto es que esto tiene consecuencias no sólo para el bienestar de las familias presente, sino también para el futuro.
La OCDE, el FMI…. Todos nos sacan los colores
Según la OCDE el 20% más rico en España se lleva el triple de ayudas que el 20% más pobre. El 20% de los hogares más ricos se llevó el 30% de las ayudas, mientras que el 20% de los hogares más pobres sólo se llevó el 12% de las ayudas. Según esta organización sólo Luxemburgo, Grecia e Italia lo hacen peor que España según el estudio Income support for working-age individuals and their families que se puede consultar en este pdf. Además en 2014 hubo otro informe similar, en el que se veía que si el 20% más pobre de la población recibía el 10% de las ayudas, el 20% más rico recibía el 25% de las ayudas. Es decir, el problema viene de lejos.
Un informe del FMI muestra que este problema no lo detecta sólo la OCDE, llega a la conclusión a la que llega es que el gasto social es escaso y muy ineficiente. Según esta institución, España es uno de los países de la UE que menor reducción en la desigualdad experimenta tras redistribuir el gasto. El índice de Gini sólo se reduce en 0,18 puntos frente a los 0,21 de la media europea. Según el FMI sólo el 10% de las ayudas están pensadas para los más pobres, de modo que el 40% de los hogares más pobres recibe sólo el 30% de las ayudas.
Además el gasto en educación ha caído del 4,4% al 3,9% del PIB, frente al 4,3% de media europeo. No obstante, habría que ver si se debe a la reducción en la natalidad de los últimos años.
Otra entidad que llega a una conclusión similar es la AIRef, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. En 2022 ya avisaron que las medidas anticrisis como subvenciones al transporte público y bajadas de impuestos a los carburantes o la electricidad, ayudaban sobre todo a las rentas más altas.
No obstante, según un estudio de Fedea, es el 20% más rico del país los que pagan más de lo que reciben del estado en bienes y servicios, por lo que quizás el sistema está montado para que recibiendo parte de las ayudas consideren que reciben algo.
¿Qué se puede hacer?
La OCDE recomienda establecer ayudas específicas dependientes de renta. Hace poco cuando se vio que un político madrileño se beneficiaba de un precio de la electricidad subvencionado debido a tener una familia numerosa, saltaron las alarmas debido a su alto sueldo, pero lo cierto es que no había diseñado esta política. Las asociaciones de familias numerosas suelen pedir que se considere el número de integrantes de la familia, ya que los ingresos familiares no dan para lo mismo si se tiene un hijo que si se tienen cinco.
También se deben establecer políticas que fomenten el crecimiento económico. Este es bastante más útil para mejorar la situación de las familias más desfavorecidas que muchas políticas de redistribución que se ponen en marcha.
No obstante, el gran y verdadero melón que no se abre son las pensiones. Nuestro sistema está pensado para ayudar a los jubilados. Ya hemos comentado alguna vez como las reformas fiscales que están sucediendo en España son para sostener las pensiones, por muy insostenibles que estas sean debido a la caída de la natalidad.
Mientras tanto, nuestro estado de bienestar no está ayudando a quienes más los necesitan: rentas bajas y jóvenes. Eso supone un impacto en nuestra economía que va a seguir pegándose generacionalmente al dar menos oportunidades a familias jóvenes y de menores recursos. Por un lado por las ayudas que no se dan, por otro la falta de oportunidades con el bajo crecimiento económico.
Pregunta a los lectores: ¿cómo mejorarían las ayudas sociales en España?