Ayer el Congreso de los diputados aprobó el decreto-ley de reforma laboral presentado por el Gobierno, con lo que la reforma laboral está plenamente en vigor. Eso sí, se tramitará como proyecto de ley, es decir, en los próximos meses se introducirán enmiendas que podrían cambiar el texto definitivo.
Al final no hubo sorpresas en la votación. El texto fue apoyado únicamente por el PSOE, y contó con las abstenciones de PP, PNV, CiU, CC y con los votos en contra de IU, ICV, BNG y NaBai. En definitiva, tuvo más abstenciones que votos a favor. Pero es suficiente para que quedara aprobada.
Durante el mes de julio se empezará a debatir de forma urgente las enmiendas, y posiblemente en otoño se aprueben, con lo que esta reforma, tal y como está planteada, durará únicamente tres meses.
¿Qué aspectos son más susceptibles de ser modificados? Primero, las causas económicas para despido, ya que en el texto no está muy claro cuales son. Quien sabe si volveremos al viejo debate de si debe ser un juez el que lo determine. También puede que se introduzcan novedades en la negociación colectiva y veremos si se mantiene que FOGASA pague parte de la indemnización por despido. Eso sí, la creación de un fondo de capitalización (el modelo austríaco) se tramitará en una ley aparte.
En definitiva, la huelga general del 29 de septiembre puede que al final esté bien situada, puesto que la reforma definitiva se aprobará por esas fechas (o al menos se estará tramitando por dichas fechas). Y no podemos saber cómo quedará finalmente, ya que las combinaciones parlamentarias son complicadas. ¿Retraerá a los empresarios de contratar con las nuevas posibilidades sabiendo que puede haber nuevos cambios? ¿Afectará a la percepción que tienen los mercados internacionales de España?
Vía | El País
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