"No fue la subida del salario mínimo". Los trabajadores de menores ingresos en España aumentaron más sus ingresos entre 2018 y 2022 que los demás

"No fue la subida del salario mínimo". Los trabajadores de menores ingresos en España aumentaron más sus ingresos entre 2018 y 2022 que los demás
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En el mercado laboral español, la temporalidad es uno de los mayores problemas existentes en la actualidad. Presente en todos los sectores, genera problemas económicos generalizados y suele ser involuntaria. El hecho de que se lograse una transición de contratos temporales a indefinidos tuvo un mayor impacto en la economía nacional que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) por parte del Ejecutivo.

Para ello, hay que remontarse a la Reforma Laboral de 2022, pues el Real Decreto benefició más a los trabajadores de menores ingresos. Lograron una escalada considerable en el periodo comprendido entre 2018 y 2022 al acumular un aumento de horas trabajadas y una, más que probable, transición de contratos temporales a indefinidos.

Pese a que desde el Gobierno se atribuye este éxito al aumento del SMI, la Reforma Laboral de 2021-2022 tuvo un mayor impacto. No fue la subida del SMI, determinada por el IPC y ante una elevada tasa de inflación, sino el esfuerzo de los trabajadores.

Para ganar mayor poder adquisitivo, se vieron obligados a aumentar sus horas trabajadas, con contratos más estables. Por tanto, no hablamos de ‘un regalo’ del Gobierno, sino como fruto del sobreesfuerzo del tejido productivo del país. Gracias a la reforma se logró reducir la precariedad y elevar los ingresos de los trabajadores.

“No fue la subida del SMI”

Como bien se ha comentado con anterioridad, el éxito y el aumento del poder adquisitivo entre los trabajadores de menores ingresos de 2018 a 2022 fue gracias a un incremento de la productividad.

En un principio, el poder adquisitivo de los trabajadores se debía fundamentalmente a la retribución por hora y, en un menor porcentaje, al tipo de contrato. Pero con la Reforma Laboral de 2022 comenzaron a cambiar las reglas del juego y se empezó a ver una evolución bien distinta.

Tanto que se obtendría un incremento de la distribución salarial del 23,9%. Procedentes del centro de trabajo fueron pocos, pues el mayor porcentaje se correspondió al aumento de las horas trabajadas, que llegaron a representar más del 10%. El cambio del tipo de contrato, de temporal a indefinido, propició el incremento salarial en un 5%. Por su parte, la retribución por hora influyó en un 11% en esta mejora de poder adquisitivo del tejido productivo español.

¿Qué pasará con el SMI al entrar en vigor la reducción de la jornada laboral?

El SMI para 2024 se sitúa en 15.876 euros anuales distribuidos en 14 pagas de 1.134 euros. No obstante, el Gobierno trabaja activamente en la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas, implantándola de manera paulatina con una primera bajada hasta las 38,5 horas.

Se pretende que la reducción de la jornada laboral no implique un recorte salarial. La reducción de la jornada laboral no afectaría, en principio, al SMI, que seguirá en la misma cifra.

No obstante, el SMI por hora trabajada podría aumentar si se llegase a implementar esta nueva medida. Así pues, el SMI por hora con una jornada de 38,5 horas semanales sería de 9,5 euros por hora y para una jornada de 37,5 horas semanales de 9,75 euros por hora.

En este contexto, el Gobierno debería volver a subir el SMI en torno al 4,6% y que así siga creciendo por encima del dato del IPC para situarse en un 60% del salario medio.

Diferencia entre ocupados y horas trabajadas

En el primer trimestre de 2024, el mercado laboral español ha ido experimentando un comportamiento muy positivo que demuestra una clara recuperación. Situado en más de un 8% sobre los registros del primer trimestre de 2019, duplica el crecimiento acumulado del PIB, del 3,7%.

No obstante, en cuanto a horas efectivas trabajadas, el ritmo de crecimiento ha sido más lento, de apenas un 1,3%. Como consecuencia, se ha producido un descenso de las horas trabajadas por trabajador (PTETC) del 6,3%. Así pues, la productividad por trabajador acumula una caída del 4%, pero la productividad por hora trabajada ha experimentado un aumento del 2,5%.

En 2023, las horas cotizadas totales crecieron un 10,8% respecto a 2019, mientras que las horas efectivas trabajadas aumentaron un 9,1%. El número medio de horas no trabajadas por cotizante ascendieron en el año a 107,5 (el 6,1% de las horas cotizadas), frente a las 80,3 de 2019 (4,7% de las horas cotizadas). Este número de horas no trabajadas al año se traduce en el empleo de casi un millón de personas.

Pese a la Reforma Laboral de 2022, las horas no trabajadas por incapacidad temporal (IT) supusieron en el último trimestre de 2023 el 5,4% de las horas cotizadas (el 4% antes de la pandemia). Desde el cuarto trimestre de 2019, las horas no trabajadas por IT crecieron en un 48,3%, casi cinco veces más que las horas cotizadas en total.

Aunque desde Moncloa se piense que la solución pasa por incrementar el SMI, la precariedad laboral verá su fin y el poder adquisitivo aumentará cuando acabasen por consolidarse unos mejores contratos de trabajo y una mayor productividad.

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