En este vídeo (con subtítulos) de Jamie Oliver explica los defectos que tiene la alimentación actual, demasiadas calorías y grasas que están afectando a la salud de las personas. También comenta su forma de solucionarlo. Esto es algo que en principio no entraría en este blog, hasta que hablamos de los costes de una mala alimentación.
Porque si en Estados Unidos la sanidad se la paga uno mismo (excepto aquellos que por sus circunstancias sociales están sujetas al Medicare y Medicaid), en España (y en general en Europa) es diferente. La sanidad se paga entre todos.
La pregunta va sobre si el gobierno debería intervenir en la comida más que lo hace, intentando que mejoremos nuestros patrones de consumo. Por un lado es meterse en la vida de los demás, por otro es ahorrar dinero y asegurarse la viabilidad del sistema.
Este debate lo he vivido con la publicidad fomentando un estilo de vida más sano (deporte, verduras, etc). Por un lado se gastan fondos públicos sin que quede muy claro su efecto y es un comportamiento un tanto paternalista. Por otro lado nos encontramos que nos puede ayudar a gastar menos en salud pública y pagar menos impuestos.
De momento, ya hubo polémica con una hamburguesa bastante grande hace unos años. ¿Se deberían limitar las raciones? ¿Se debería trabajar junto con los fabricantes de comida rápida como sugiere el chef para que poco a poco mejoren sus menús? ¿Se debería enseñar cocina y alimentación en las escuelas?
Vía | Martín Varsavsky