El nuevo informe del Banco Mundial Flujos Mundiales de Financiamiento para el Desarrollo 2005, que se presentó ayer, señala que La región de América Latina y el Caribe (ALC) experimentó un crecimiento de 5,7 por ciento en 2004, el más alto en 24 años, y se espera una tasa más moderada de al menos 4,3 y 3,7 por ciento en 2005 y 2006, respectivamente, “en sintonía con la tendencia global”.
Para Guillermo Perry, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, los países latinoamericanos deben aprovechar estos momentos favorables y prepararse de cara al futuro, a través de una política prudente de gasto social público, la construcción de un superávit fiscal y la reducción de la deuda pública.
Incluso omitiendo el debate sobre tal crecimiento, porque como todos ya sabemos lo macro a veces no se traduce en lo micro, y eso tal vez explique que la mejora económica supuestamente experimentada no se refleje en cuestiones básicas como salud, educación, alimentación y vivienda, la recomendación que hace el Banco Mundial en el informe sigue siendo la más trillada, que es además la más dolorosa para los latinoamericanos: pagar, y si se puede, pagar más. El informe es polémico, y hay que esperar a ver cómo reaccionan los diferentes sectores, pero la sensación al leerlo es de: “Crecieron... y van a seguir creciendo, aunque en menor medida. Así que ya saben... paguen”.
El punto central es que para pagar, las economías latinoamericanas tienen dos opciones: o continúan pidiendo dinero a los organismos de crédito para, paradójicamente, pagarles a ellos, o bien utilizan las reservas, que podrían servir en reactivar la economía.
Más información | Presentación del informe (ppt)