BRIC es el acrónimo de Brasil, Rusia, India y China. Estas potencias en el año 2001 se veían como las futuras potencias económicas, pudiendo quitar protagonismo en las décadas siguientes al G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), que hasta el momento eran las potencias industriales indiscutibles.
Han pasado catorce años y las últimas noticias económicas hacen pensar que el protagonísmo que se esperaba de estos países está dejando de ser importante. Especialmente porque las noticias económicas no son tan buenas.
Los BRIC y los BRIMCS
El término BRIC fue acuñado por el economista de Goldman Sachs Jim O’Neill en 2001. La idea en su paper: Building Better Global Economic BRICs, destacaba los siguientes aspectos de los páises BRIC:
- En 2001 y 2002 el crecimiento del PIB de los BRIC sería superior al del G7.
- Al final del 2000 el PIB en términos nominales de los BRIC era el 8% mundial, pero en términos PPP (Paridad del Poder Adquisitivo) era el 23,3%.
- El PIB de China es superior al de Italia (y después superó a todos los demás países del G7, salvo EEUU).
- En los años siguientes, el PIB de los BRIC (y especialmente el de China) crecería, creando un fuerte impacto sobre las políticas fiscales y monetarias de los BRIC. *** La política económica mundial debería rehacerse, y el G7 debería incluir a representantes de los BRIC.**
Con el tiempo el término BRIC (bastante llamativo y fácil de recordar) se acabó convirtiendo en BRIMCS, incluyendo México y Sudáfrica en el acrónimo. Juntos estos seis países suponen más de 3.000 millones de habitantes y más del 20% del PIB mundial.
Brasil no es lo que era
Los críticos de la economía brasileña suelen decir que Brasil es un país de mucho potencial, y que lo seguirá teniendo. La economía brasileña vivió un momento dulce bajo la dirección de Lula da Silva, que mejoró las condiciones de los más pobres mientras que el crecimiento económico convertía en clase media a millones de personas.
El fin de la burbuja inmobiliaria, el descenso en los precios de las materias primas, la falta de confianza de los inversores tras la salida a la luz de casos de corrupción y el peligro que todo sea simplemente un “bluff”, han hecho que la predicción para Brasil durante 2015 sea una recesión del 1,3% y un crecimiento del 1,1% y del 2% los años siguientes. Mientras tanto, una inflación cercana a los dos dígitos y que su deuda sea considerada “basura” no hace muy fácil la vida a los brasileños.
Rusia, afectada por las materias primas y Ucrania
A la reciente bajada del precio del petróleo y del gas gracias al fracking, no ayudaron a una economía como la rusa que dependía especialmente de las ventas de hidrocarburos, como comentamos el monocultivo es bastante perjudicial.
La predicción del PIB de Rusia es que bajará en un 2,7% en 2015, crecerá un 0,7% e 2016 y en 2017 volverá al 2,5%. Si todo sigue como hasta ahora, claro está. Mientras tanto, Rusia va a tener que seguir aguantando como puede, algo que no va a agradar mucho a los inversores. El último Deutsche Bank, redujo su presencia de Rusia.
China, ¿afectará su explosión financiera a su economía?
Siguiendo con China, las predicciones económicas de China siguen siendo bastante buenas. Un crecimiento del 7,1% del PIB este año, 7,0% el que viene y 6,9% en 2017. Es cierto que se ralentiza, pero la verdad es que muy poco para lo que ha sido, y nada raro considerando que poco a poco se acerca a su límite.
La pregunta que queda, es si la implosión de la bolsa China de la que hablamos hace unas semanas, puede acabar provocando un problema para China mayor. Incluso si la crisis se extendiera al resto de la economía y viéramos al país en recesión. Adicionalmente consideremos que el país ha sido políticamente muy estable desde Deng Xiao Ping, pero esto ha sido principalmente gracias al fuerte crecimiento económico.
India, el último que queda
La pregunta que nos queda es que va a pasar con la India. De los países BRIC, posiblemente sea el que ahora mejor perspectivas tiene, puesto que lleva creciendo a un ritmo superior al 5% desde 1993 (salvo en 1997, 2002 y 2008), la previsión de crecimiento para este año es de 7,5%. Pero mucho mejor para los años venideros, un crecimiento del 7,9% para 2016 y del 8,0% para 2017.
Aunque la opinión de Jim O’Neil de que estos países deben de estar incluidos en el G7 debido a su creciente importancia en la economía sigue siendo válida, ha habido un error general en muchos analistas del mundo al considerarlos como un grupo homogéneo, puesto que aquellos que dependían más de las materias primas y sufrían una burbuja inmobiliaria están sufriendo más que los otros.
Queda por ver como la desaceleración, o incluso recesión, de estos países va a influír al resto de economías occidentales, y con ellas la española. No obstante, todas las previsiones mencionadas muestran que se van a recuperar en los próximos dos años, por lo que puede que el fin del acrónimo BRIC no haya llegado sino que resurja con fuerza. Si nadie se inventa otro mejor, claro está.
Nota metodológica: las cifras de crecimiento del PIB y estimaciones del mismo se han tomado todas del Banco Mundial, para utilizar datos homogéneos.
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Más información | Banco Mundial (I y II), Goldman Sachs