Un reciente estudio realizado por la CE concluye que en España hay poca innovación. Basándose en 26 indicadores, entre los que se encuentra la tasa de universitarios (en la que seguro que no fallamos), la inversión en ciencia, el gasto en TIC y el número de patentes, ocupamos el puesto 16 de los 25 países de la Unión Europea.
En palabras del máximo encargado de Dirección General de Empresas de la CE, David White, los resultados de España son “pobres y preocupantes”. No sólo por la tremenda importancia de la innovación, sino también porque los buenos resultados económicos no serán sostenibles en el futuro si no se innova, ya que la vaca lechera, un año u otro, acabará por no dar leche suficiente. Los principales lastres para la innovación no se encuentran precisamente en el sector público, donde la inversión en I+D universitaria está incluso por encima de la media de la UE. El gran problema es el sector privado, en el que no se llega ni tan siquiera a la mitad de la media europea en lo que se refiere a inversión en I+D. Además, el espíritu emprendedor es casi el peor de los 25, lo cual es sin duda alguna un importante lastre en la creación de nuevos productos, servicios y modelos de negocio, porque ya se sabe que “las grandes” pueden patentar muchas cosas, pero no para usarlas, quedándose así muchas oportunidades en el tintero.
No debemos olvidar lo importante que es la innovación para el desarrollo de España y la UE, y es que hacer cosas nuevas es tan necesario para los países como para las empresas.
Vía | El Mundo En El Blog Salmón | Los gigantes de la innovación y las patentes dormidas