En los mercados financieros, la clave del éxito está en saber predecir el futuro y actuar en consecuencia. Quedarse largo en una posición (comprar) si se piensa que el mercado va a subir, o deshacer posiciones o quedarse corto (vendiendo a futuro, por ejemplo) si se piensa que el mercado va a bajar. Quien consiga hacer esto, ganará mucho dinero.
Para intentar saber cómo va a estar un valor en el futuro, se distinguen tradicionalmente dos corrientes bien diferenciadas: los que siguen el análisis técnico y los que siguen el análisis fundamental. Los fundamentales se basan en que el valor de una acción es el flujo descontado de los beneficios futuros de la empresa. Ni más, ni menos. Lo que intentan es determinar cuáles serán esos beneficios futuros, y para ello tratan de conocer las visicitudes de la empresa: noticias que les afecten, posibles movimientos societarios, estrategias, competidores, nuevos productos... toda la información microeconómica tiene impacto en dichos flujos futuros. Y también la macroeconómica: cómo evoluciona el entorno general de la empresa, el entorno regulatorio, el entorno político... Se trata, en definitiva, de acumular cuanta más información mejor, y de convertir esa información en cuentas de resultados previsionales que se puedan descontar para hallar el valor actualizado de la acción. En este bando se agrupan los expertos en macroeconomía, en estrategia, en economía de empresa, los financieros...
Los técnicos se basan, por el contrario, en que el valor de la acción en el futuro tiene una elevada relación con la trayectoria anterior. Así, hablan de tendencias alcistas o bajistas (y las marcan con líneas sobre los gráficos de cotización), de líneas de soporte (cotizaciones donde se cree que la acción dejará de bajar y tendrá un "rebote"), líneas de resistencia (cotizaciones en las que el valor de la acción se atascará y que le costará "romper"), de ondas de Elliot... aquí, el perfil es mucho más técnico ya que se buscan personas que sean capaces de crear complejos modelos matemáticos: físicos, estadísticos, expertos en econometría...
La lógica económica dice que el análisis fundamental es el que tiene más sentido. Sin embargo, como me decía un experto de un grupo de inversión no hace demasiado, "los economistas solo son capaces de explicar las cosas a posteriori... y a veces ni eso". Por el contrario, los técnicos parece que obtienen mejores resultados. En realidad, cuanta más gente crea en los análisis técnicos, más probabilidad tendrán de ser reales sus predicciones (ya que la gente actuará como si fueran reales, contribuyendo a su efectiva realización).
Las tendencias vigentes en el análisis de valores son, como no podía ser de otra forma, una mezcla de los dos. Modelos matemáticos cada vez más complejos, con necesidad de gran soporte tecnológico, en los que tienen en cuenta tanto el comportamiento anterior de la acción como la evolución del entorno. Nada, en ningún caso, sencillo. Como cualquiera podía imaginar, sabiendo la cantidad de dinero que esta en juego.
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