Grecia ha vuelto a los mercados por la puerta grande con una emisión de deuda a cinco años, después de que durante tres años se ha mantenido al margen de colocar deuda a los inversores privados.
Con esta emisión se han recaudado 3.000 millones de euros y la demanda fue más del doble (6.500 millones de euros). La rentabilidad para el bono a cinco años se fijó en 4,625%, lo que supone una ligera mejora en la confianza de los inversores desde la última emisión de 2014, donde el la rentabilidad fue de 4,95%.
El objetivo de esta oferta era refinanciar la deuda y que los tenedores de bonos con vencimiento para 2019 con un cupón del 4,75% pudieran canjearlos por dinero en efectivo que supondría 102,6% del valor nominal de estos bonos y los correspondientes intereses pendientes.
Grecia ha querido volver a los mercados antes de la conclusión de su último rescate en agosto de 2018. Sin lugar a dudas es un paso muy importante para el país en favor de una mayor independencia financiera y con la perspectiva de salir de su tercer rescate.
¿Por qué Grecia se decide a volver a los mercados?
Han habido varios condicionantes que han influenciado a la decisión final de emitir deuda a medio plazo. Y es que a pesar de que actualmente Grecia se encuentra con una calificación de bono basura, recientemente la agencia de calificación S&P ha mejorado la perspectiva del país heleno de estable a positiva.
Esta mejora se debe a que se espera que en los próximos años que tanto la relación deuda pública sobre PIB como los costos de la deuda, gradualmente vayan descendiendo hasta 2020. Todo ello gracias a una mejora del crecimiento económico y la aplicación de las reformas estructurales.
A mediados del mes pasado Grecia obtuvo 8.500 millones de euros procedentes de los prestamistas de la Eurozona e incluso se barajó la posibilidad de un alivio de deuda en el año 2018.
Después de esta decisión, el FMI aprobó un préstamo de 1.600 millones de euros a Grecia con la condición expresa de que hubieran medidas de alivio para su deuda. Es decir, se concederá el crédito siempre que exista el compromiso, por parte de los socios europeos, para la sostenibilidad de la deuda griega.
Asimismo, la Comisión Europea ha sacado a Grecia del procedimiento de déficit excesivo (PDE) ya que se encuentra con un superávit presupuestario del 0,7%. Una mejora de las cuentas públicas gracias a la subida diferentes subidas de impuestos como la del IVA y recortes presupuestarios que han dado lugar a huelgas por parte de los funcionarios del país.
Grecia: Estabilidad presupuestaria y deuda pública
En el ejercicio 2016, Grecia consiguió pasar de un déficit del 5,9% sobre el PIB a un superávit del 0,7%. Ante este hecho, solo existen tres países -España, Francia y Reino Unido- que se encuentra bajo el protocolo de déficit excesivo.
No obstante, recordemos que uno de los requisitos del programa de rescate es que se establezca, para Grecia, un superávit primario -sin tener en cuenta los intereses de la deuda- superior al 3% en los siguientes años (en el memorando no se especifica la cantidad de años).
Si Grecia empezó la crisis con una relación deuda pública sobre PIB del 103%, a cierre de 2016 la deuda pública había escalado hasta el 179%, por los continuos déficits que ha ido arrastrando mientras su economía se desplomaba.
Cabe recordar que tercer rescate del país fue por un importe de 86.000 millones de euros y que durará hasta agosto de 2018. Asimismo todo parece indicar que habrá medidas para llevar a cabo un alivio de la deuda antes de que el programa llegue a su fin por lo que la relación deuda pública sobre PIB debería reducirse.
El FMI se ha posicionado claramente a favor de la reestructuración de la deuda pública griega: "una reducción significativa de la deuda es fundamental para generar la confianza y la credibilidad necesarias para romper Grecia de un prolongado período de empobrecimiento".
En relación a la deuda, la rentabilidad de los bonos griegos podría seguir bajando si finalmente el BCE incluyera a Grecia dentro del programa de compras mensuales. No obstante, hoy por hoy Grecia sigue en la categoría de bono basura, por lo que automáticamente queda excluido del programa de compras.
Para Grecia sería muy importante este paso ya que si el BCE comprase deuda griega, los bancos solo nos podrían obtener un menor coste de financiación a la admitir la deuda como colateral, lo que mejoraría las condiciones de financiación del sistema bancario.
Grecia consigue reducir el riesgo país notablemente
Grecia lo está haciendo bien, y esto queda reflejado en la evolución del riesgo país. Para valorar el riesgo país existen dos medidas: La evolución la prima de riesgo y el riesgo de default medido por los CDS.
Si nos centramos en la prima de riesgo -el diferencial del bono griego frente al bono alemán a 10 años- en la actualidad se encuentra por debajo de 500 puntos hasta los 473 puntos, una cifra que se ha reducido un 57% frente la misma fecha del año anterior cuando cotizaba en los 813 puntos.
Esto se debe a que en la actualidad el bono griego a 10 años cotiza con una TIR del 5,28%, mientras que el bono alemán a 10 años cotiza con una rentabilidad del 0,51%.
No obstante, para eliminar el factor de distorsión cuando se compara la devolución de un bono frente a otro, una mejor medida es observar la evolución del riesgo de default que miden los Credit Default Swap (CDS).
Los CDS a cinco años nos marcan una probabilidad de default del 30,73%. En comparativa, un año atrás, la probabilidad de default de Grecia era cercano al 50%, por lo tanto supone una positiva reducción de 20 puntos de riesgo en tan sólo un año.
Independientemente de las medidas que utilicemos para analizar la evolución del riesgo país en Grecia, en el último año ha conseguido una fuerte reducción del riesgo país con un programa orientado a la estabilidad presupuestaria y a la mejora de sus expectativas en la economía.
La mejora económica de Grecia
Poco a poco se aprecian signos de la mejora económica del país. El último dato de crecimiento interanual ha sido del 0,4% apoyado por el turismo que representa el 7,6% del PIB y una mejora en el mercado de trabajo.
Grecia alcanzó su el máximo europeo de desempleo con tasas que suponían más del doble de la media de la Eurozona. En 2015 el desempleo se situó en el 24,9%, en 2016 se redujo hasta el 23,5% y en marzo de este año se encontraba ya en el 22,5%.
Esta mejora de las expectativas económicas se traduce en una mayor inversión directa... En 2016, la inversión extranjera recibida fue de -622,2 millones de euros y la emitida de 2.780,9 millones. En abril de 2017, la inversión extranjera directa recibida ascendía a 907,9 millones, mientras que la emitida equivalía a 1.341,9 millones.
Estas expectativas también se descuentan en la bolsa griega que es la bolsa de la Eurozana que más sube y con diferencia... Mientras que la bolsa griega sube un 30,98% en lo que va de año, el selectivo europeo -EuroStoxx50- muestra un avance del 5,56%.