Invertir puede parecer lo más complicado del mundo, pero hoy tenemos un abanico de productos lo suficientemente amplio para responder adecuadamente a nuestros perfiles de riesgo. Sin embargo, el activo que históricamente ha reflejado mejores resultados a largo plazo es la renta variable, ser propietario de una empresa.
Esto tiene una explicación. Si reflexionamos, los instrumentos de renta fija tienden a tener menos riesgo debido a que por el lado de la emisión de renta fija soberana, los países pueden determinar coactivamente el nivel de ingresos para satisfacer el pago de la deuda y, por otro lado, el gasto financiero está perfectamente determinado y se encuentra antes del beneficio neto de la empresa, por lo que los acreedores tienen prioridad de pago frente a los accionistas.
Por todo ello, históricamente, la renta variable ha reportado una rentabilidad anualizada cercana al 10% (9,6%) y los bonos casi el 5% (4,9%). Por lo que podríamos deducir que los accionistas estarían recibiendo, una prima de riesgo de cinco puntos porcentuales.
Una vez visto que la renta variable es el mejor activo que podamos tener en cartera falta clarificar su exposición. Suponiendo que no tengamos capacidad alguna o tiempo para identificar las mejores empresas, la mejor exposición es una diversificación global. Esto es así por la simple razón que trataremos de reducir, a su máxima expresión, el riesgo específico vinculado a las acciones, y, al mismo tiempo, los riesgos por la exposición geográfica y sectorial.
Con estas características, encontramos múltiples índices bursátiles. Pero el que ofrece una explosión global más ajustada a los parámetros de capitalización bursátil global es el MSCI World Index debido a que recoge la representación de las empresas de gran y mediana capitalización en 23 países de los mercados desarrollados. En total estaríamos hablando de 1.583 componentes. El índice estaría cubriendo, aproximadamente, el 85% de la capitalización de mercado ajustada al free float de cada país. Su rentabilidad anualizada a diez años no está nada mal, un 10,84% (base euros).
En sectores, los contempla todos, siendo los de mayor relevancia: compuesto por tecnología (21,89%), financiero (13,61%), salud (12,54%), consumo discrecional (11,99%), industrial (10,51%). EL valor de más peso sería Apple con el 3,98% de la cartera.
Por diversificación geográfica, destaca el papel de Estados Unidos, con un peso en el índice del 66,11%. Entonces ¿cómo puede considerarse diversificación geográfica cuando 2/3 partes de un índice se concentra en el mismo país?
En primer lugar, pensemos en qué tipo de empresas son empresas que reciben sus ingresos en dólares (patrón dólar global) pero, a su vez, son multinacionales que operan en las principales áreas económicas del mundo y ello ofrece un contrapeso del riesgo país. Además, no olvidemos que en plena revolución tecnológica de la era digital, Estados Unidos está liderando la carrera con las grandes tecnológicas, mientras que Europa ha quedado rezagada.
Ahora queda resolver la otra gran pregunta ¿cuánto no costará invertir en un producto de estas características? Y es que el coste del producto irá en detrimento de su rentabilidad y, por lo tanto, de los intereses del inversor. Cuánto menor sea el coste del producto mayor será la rentabilidad conseguida y, a largo plazo, mejores frutos ofrecerá el interés compuesto a largo plazo.
Con estas características, vemos varios fondos índices interesantes, enfocados en la gestión pasiva, que imputarían en sus productos unos gastos corrientes de alrededor del 0,50% o menos, mientras la banca cobra por un fondo global de renta variable un 2% o más. Entre fondos índices que tratan de replicar al MSCI World Index tenemos el iShares World Equity Index Fund, Fidelity MSCI World Index Fund P-ACC-EUR, Amundi IS MSCI World AE-C, Vanguard Global Stock Index Fund Investor, siendo este último el que imputa unos gastos corrientes más bajos, cuantificados en un 0,18%.
Pero invertir a largo plazo no es fácil, las crisis y los mercados bajistas existen. En el caso del MSCI World Index, ha tenido que aguantar fuertes pérdidas. El peor año fue 2008 con una pérdida del 37%, seguidos por los años 2002 y 1990 con pérdidas del 32,5% y del 29%. De ahí la importancia de enfocarse en una visión a largo plazo.