Actualmente el euro está cotizando 1,141 dólares, unos niveles no vistos desde mediados de 2017 y lejos de los máximos que alcanzó en enero, cuando el EUR/USD repuntó hasta ualcanzar los 1,2508 dólares. Desde esos niveles, el euro cae un 8,77% y si tenemos en cuenta desde enero, el retroceso es del 4,88%.
Cabe recordar que el euro llevaba una trayectoria de apreciación frente al dólar desde diciembre de 2016 cuando marcó mínimos en 1,035 dólares. Por lo que nos preguntamos ¿Qué le está pasando al euro? ¿Hay razones de peso que fundamenten los actuales mínimos? Repasamos las causas de la devaluación durante este año.
La apreciación del dólar marca el paso
La causa principal que justifica la devaluación del euro la encontramos en el dólar. Desde el comienzo del año, un Índice Dólar que cotiza frente a una cesta de divisas ponderada ha subido más del 5% y frente al euro avanza un 6%.
Existen muchos factores que están dando alas al dólar: Los recortes de impuestos, el aumento del gasto y la desregulación. Toda esa combinación ha ayudado a elevar el crecimiento económico de Estados Unidos a una tasa anualizada de más del 4,1% en el segundo trimestre, en un momento en que muchos otros países están perdiendo impulso económico. Y los datos de desempleo son envidiables... El desempleo en el mes de julio cerró en el 3,9%.
Si a todo ello, le sumamos que el avance de los precios ha sido del 2,9% en el mes de julio, obtenemos una economía con signos de recalentamiento, en el que no da muchas opciones a la Reserva Federal para continuar, incluso acelerar, la subida de tipos de interés que se encuentran en el 2%. De hecho, para este año se proyectaban tres subidas de tipos y la propia Fed ha comunicado la intención de materializar dos subidas adicionales en los meses de septiembre y diciembre a las dos efectuadas en marzo y junio.
El incremento de tipos de interés, o la expectativa de incremento, ejerce un polo de atracción de capital, aumentando la demanda y el valor de la divisa del país de origen, el dólar. Si a ello, le añadimos que el BCE sigue con tipos bajos, con un crecimiento desacelerándose, y que las previsiones sitúan la primera subida de tipos en 'verano' de 2019, esta divergencia en ambas políticas justifica la depreciación del euro frente al dólar.
Mientras tanto, la guerra comercial de Trump también ha reforzado al dólar. Las monedas de los países que se enfrentan a los aranceles de Estados Unidos, como el yuan chino, se han depreciado ya que se teme que una guerra comercial con la economía más grande del mundo perjudique el crecimiento económico.
La fortaleza del dólar es un peligro para algunos mercados emergentes. La muestra más clara la tenemos en el caso de Turquía, cuya moneda ha estado en caída libre con un presidente en contra de los tipos de interés altos a pesar de la inflación dos dígitos.
Por si todo esto fuera poco, un refugio tradicionalmente popular, el oro, no está teniendo buen comportamiento. Los precios del oro se encuentran actualmente en los niveles más bajos desde enero de 2017, lo que le hace perder ese atractivo de activo refugio.
El factor Turquía hunde al euro en el corto plazo
Otro de los factores a tener en cuenta que ha influenciado en los últimos movimientos del par es la situación de la lira turca y su puerte depreciación. Si a principios de 2018 un euro equivalía a 4,54 liras turcas, hoy el tipo de cambio se extiende hasta 6,3039 liras turcas, un 51,81% más. Turquía está siendo un dolor de cabeza para el euro en el corto plazo y los funcionarios del BCE ya han expresado claramente sus preocupaciones por la exposición de los bancos europeos a Turquía.
Según los datos del Banco de Pagos Internacionales, los prestatarios turcos deben pagar a los bancos españoles 82.300 millones de dólares,a los bancos franceses se les deben 38.400 millones de dólares, y los bancos italianos deben 17.000 millones de dólares.
Estos importes estarían focalizados en diferentes entidades bancarias de la Eurozona como son BBVA (España), UniCredit (Italia) y BNP Paribas (Francia), ya que tienen algunas de las mayores operaciones en Turquía entre los bancos de la Eurozona. Por ello, el índice Euro Stoxx Banks cayó 3.90% durante esta semana hasta su nivel más bajo desde finales de 2016.
El contagio en el sistema bancario europeo es algo que siempre ha sido motivo de preocupación, y parece que el tema vuelve a estar en el punto de mira. Dadas las estrechas relaciones comerciales dentro del sector bancario en la economía de la Eurozona, la existencia de uno o dos bancos de gran tamaño con problemas, podría traducirse en un efecto contagio para los otros bancos europeos con los que mantienen operaciones.
Además, los problemas de Turquía han mermado el apetito por el riesgo, afectando al sur de Europa. Por ejemplo, si hablamos de los títulos de deuda soberana, el rendimiento italiano a 10 años vuelve a estar por encima del 3%.