Ante los problemas financieros por los que atraviesan los Estados adscritos a la Unión Monetaria Europea, George Soros, irrumpía en el The Financial Times con las siguientes palabras:
La solución más eficaz consistiría en una emisión de eurobonos garantizados de modo conjunto y particular para refinanciar por ejemplo el 75% de la deuda griega en fase de vencimiento a condición de que Grecia cumpla sus objetivos, y dejando que el 25% restante lo financie Grecia como pueda
Los Eurobonos, en esencia, son títulos de deuda pública, colocada en un país diferente a aquel cuya moneda se utiliza como referencia en la emisión. Además tiene la particularidad de que la emisión, no está sujeta al control de cambios del país emisor ni al del país cuya moneda se utiliza.
El argumento de Soros, es el siguiente:
De esa forma se reduciría sensiblemente el costo de la financiación y sería el equivalente del desembolso en tramos de los préstamos condicionales del Fondo Monetario Internacional
Aunque, también su principal problema, como el propio Soros señala, es:
Un mercado de eurobonos bien organizado sería deseable, la cuestión es si puede generarse la voluntad política para adoptar esas medidas
De alcanzarse un consenso entre los países de la Unión en torno a la opción de los Eurobonos, necesitaría de una enorme voluntad y solidaridad. Que no es muy fácil de conseguir, puesto que hay países como Alemania que no están a favor de ayudar a aquéllos países que han derrochado recursos, y que a causa de su compartamiento están inmersos en una situación financiera delicada.
Como se desprende del discurso del propio Soros, esta sería una posible solución para los problemas que presenta Grecia.Pero, a su vez, presenta el gran problema de no permitir soluciones globales, es decir, esta medida bastaría para solucionar el problema griego, pero ¿qué pasaría, si al igual que ha aflorado el ‘iceberg’ griego, emergen el italiano, el irlandés, el portugués y el español? Evidentemente, no habría solución para todos.
Con esta discusión acabamos como siempre, ¿se deben diluir los excesos, o debemos caminar hacia una actuación responsable de los agentes económicos en su gestión?
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