El disparate es mayúsculo, y la coletilla de que "en otros países usan fórmulas de financiación similares" suena a "tengo un amigo que tiene un amigo que...". En fin, pongamos un punto de cordura.
Sería el sueño de cualquier comunidad de vecinos que las obras de rehabilitación de la fachada las acometiera la constructora a cuenta de lo que nos vamos a ahorrar con la nueva fachada por lo siguiente: * Es imposible cuantificar de forma veraz la cifra de lo que se ahorra, y menos en este país donde las trampas es lo primero que buscamos cada vez que sale una nueva ley. * El importe de una rehabilitación (aunque no sea mas que las fachadas) es considerable, si lo puedo pagar con lo que ahorre, me sale prácticamente gratis, y en muy cómodos plazos.
Pero para las constructoras la cosa no pinta tan bien: * Los obreros tienen la mala costumbre de comer todos los días y no les va muy bien lo de comer "en diferido". * Los materiales ya no me los van a dejar pagar "en diferido" a menos que encuentre un proveedor que no conozca lo que es un impago.
Como esto ya se ve que no sería muy atractivo para las constructoras, se lanza otra sugerencia: "jugar con otros parámetros como aumentos y cambios de uso", esto es que las constructoras se queden con porterías, espacios desaprovechados, derechos de vuelo, o cualquier cosa susceptible de ser rentabilizada; todo el mundo sabe que las porterías son unos espacios con muchas posibilidades de explotación y los derechos de vuelo se materializan sin coste.
Comentario aparte merece lo de "que en otros países hacen cosas parecidas": ¿Qué rentas y sueldos hay en esos países? ¿Que precios tiene la energía en el extranjero? ¿Qué políticas de eficiencia energética siguen en esos países? O por hacer la pregunta más sencilla: ¿a quién sirven esos gobiernos, a los ciudadanos o a las empresas eléctricas?
En El Blog Salmón | La economía insostenible
; Las trampas de la deducción por mejoras en vivienda habitual
Imagen | Fran Carreira