En el Reino Unido las mujeres jóvenes ya ganan más que los hombres. El resto del mundo occidental no va muy por detrás

En el Reino Unido las mujeres jóvenes ya ganan más que los hombres. El resto del mundo occidental no va muy por detrás
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En el Reino Unido, y por primera vez en la historia, las mujeres jóvenes están superando a los hombres en salarios. Un informe del Centre for Social Justice (CSJ) revela que las mujeres de entre 16 y 24 años, tanto en trabajos manuales como administrativos, ganan de media casi un 10 % más que los hombres en la misma franja de edad.

Una tendencia que ha despertado un intenso debate sobre el impacto de la educación, el mercado laboral y las políticas de igualdad en la evolución de la brecha salarial y de género.

Brecha de género

The Sunday Times basándose en el estudio del CSJ advertía, hace unos días, de una "crisis" social que afecta a los hombres jóvenes: en todas las etapas del sistema educativo británico, los chicos se están quedando atrás.

Esta desventaja comienza en los primeros años de la escolarización y persiste hasta la educación superior. Desde la pandemia, el número de varones de entre 16 y 24 años que no estudian, trabajan o siguen una formación ha aumentado un 40 %, en comparación con un aumento del 7 % en el caso de las mujeres.

El mercado ya refleja está tendencia. Según los datos salariales del período 2020-2021, los hombres jóvenes ganaban de media 24.032 libras, mientras que las mujeres percibían 23.021 libras. Al año siguiente, esta tendencia se invirtió: los salarios masculinos apenas aumentaron hasta las 24.283 libras, mientras que los femeninos ascendieron a 26.476 libras, consolidando una diferencia del 9 % a favor de las mujeres.

El declive educativo de los hombres es un factor determinante en esta nueva realidad del mercado laboral. Uno de los objetivos del gobierno de Starmer es garantizar que el 75 % de los niños en edad de acogida estén preparados para la escuela. Actualmente, la cifra general es del 67 %, pero con una importante brecha de género: el 75 % de las niñas están preparadas frente al 60 % de los niños. Este retraso educativo tiene repercusiones en la inserción laboral y el crecimiento salarial a largo plazo.

Problemas y más problemas

La disminución de sectores dominados por hombres, como la manufactura y la construcción, ha limitado las oportunidades laborales para los jóvenes sin educación universitaria. Por el contrario, sectores en crecimiento, como los servicios y la tecnología, ofrecen mayores oportunidades a las mujeres jóvenes, especialmente a aquellas con mayor nivel educativo.

De igual modo, se ha observado que la sensación de fracaso o desplazamiento puede aumentar las tasas de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental en los hombres jóvenes. Además, esto puede generar desafíos en las relaciones de pareja, especialmente cuando las mujeres ganan más que los hombres, según The Sunday Times.

Este fenómeno también subraya la necesidad de reformas educativas y políticas laborales adaptadas. Esto incluye programas de apoyo desde la infancia que mejoren el rendimiento académico de los niños, mientras se plantean iniciativas de capacitación para hombres jóvenes en sectores emergentes que puedan equilibrar sus oportunidades laborales.

A nivel internacional, la situación varía, pero la tendencia indica que estos cambios están ocurriendo más allá del Reino Unido. En los Países Bajos, las mujeres menores de 30 años ya ganan más que sus pares masculinos, en gran parte debido a su mayor nivel educativo.

Sin embargo, después de los 30 años, la tendencia se revierte, lo que sugiere la influencia de factores como la maternidad y el mayor acceso de las mujeres a empleos a tiempo parcial.

En España, aunque la brecha salarial general aún favorece a los hombres, se ha reducido significativamente en la última década, pasando del 18,7 % en 2012 al 8,7 % en 2022. Este descenso se atribuye a la mayor formación de las mujeres jóvenes y su creciente presencia en el mercado laboral.

El aumento de los ingresos femeninos en las primeras etapas laborales es un indicio de cambios en la estructura laboral y educativa. Sin embargo, el estancamiento de los ingresos masculinos y el retroceso educativo de los varones pueden generar desafíos en términos de integración laboral y estabilidad social.

En pocas palabras, los hombres jóvenes se están quedando atrás. A medida que las mujeres han incrementado su participación en sectores con mejores salarios, los hombres han experimentado un estancamiento en su progreso laboral. Este fenómeno plantea interrogantes sobre el futuro del empleo y la necesidad de adaptar políticas educativas y de formación para equilibrar las oportunidades entre géneros.

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