Como digo, no creo que nadie se haya echado las manos a la cabeza al leer esta información. El empobrecimiento de los españoles como consecuencia de la elevada tasa de paro y de la precarización del empleo es innegable. Se habla de una reducción salarial de alrededor del 2% anual, pero todos conocemos infinidad de casos en que dichas reducciones han sido mucho mayores, hasta el punto de que no se yo hasta que punto la cifra del 2% es representativa.
Por otra parte, y como ya hemos manifestado en otras ocasiones, hay dudas sobre si realmente la reducción salarial era necesaria en España, pues los salarios de los españoles nunca han sido excesivamente altos en comparación con los que se les pagan a nuestros vecinos europeos.
Si a un contexto de devaluación interna vía salarios le unimos las subidas de impuestos y la alta inflación, el resultado no es otro que una pérdida de poder adquisitivo sin precedentes por parte de los consumidores. Esto, unido a los innumerables recortes del Gobierno en partidas de bienestar social, ha traído consigo un peligroso empobrecimiento de la población, lo cual, sin duda, ha afectado al consumo interno.
Ya lo dijimos una vez: España no debe convertirse en la China europea. La solución es más de competitividad. Las empresas han de ser más productivas, no sólo los trabajadores, y ello pasa por destinar los beneficios empresariales no sólo a repartir dividendos o cancelar deuda, sino a inversiones que les permitan crecer y generar riqueza. Sin inversión no hay crecimiento, sólo pobreza. Bajando salarios sólo conseguiremos condenar a los ciudadanos a practicar una economía de subsistencia que poco o nada beneficia a la economía en su conjunto.
En El Blog Salmón | Bajar salarios no es la solución, ¿Qué es el salario y cuáles son sus componentes?
Imagen | Fran Carreira