Los motivos por los que los pasajeros no deseamos facturar son claros. Las esperas se hacen eternas, siempre existe la posibilidad, especialmente en determinadas fechas y aeropuertos que tu maleta no aparezca, al menos inicialmente, con el consiguiente trastorno. Y recemos para que las maletas lleguen en buen estado, pues el trato que reciben, es cuando menos, calificable de rudo. Por todo ello, los viajeros nos despedimos con tristeza de nuestro equipaje al facturarlo. ¿Existe alguna solución? Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre. Ante estos problemas, algunos han encontrado una oportunidad de negocio. Tourline Express, una empresa de transporte urgente, que ha desarrollado un servicio que se encarga de recoger las maletas en el domicilio y entregarlas en el hotel de destino. Admiten maletas de hasta unos 25 kilos, con un coste máximo por cada una de 23 euros. El servicio se presta dentro de la Península. Lo cierto es que joroba el pagar por algo que está incluido en el billete, pero a veces te tienta. Especialmente cuando los abanderados de las líneas lowcost han empezado a cobrar por facturar. Como estas líneas comenzaran a operar pronto en vuelos nacionales, y el resto de las compañías les imitarán sin duda en dicha política, una empieza a barruntarse que aquí puede haber negocio. Y es que lo único intragable no era su servicio de catering. Quizás alguno de sus estrategas no habían contado con que les pudiese surgir competencia.
Lo cierto es que la gente de Tourline tiene ya una experiencia en este tipo de servicios, con una campaña dirigida a moteros en las famosas concentraciones de Pingüinos. Lo hicieron en el 2007 y repiten en el 2008.
Foto por photoatlas