A partir de 2024, los sustos con la factura de la luz por parte del mercado van a reducirse. ¿Son buenas noticias? Desde la OCU se afirma que vamos hacia una tarifa eléctrica (PVPC) más estable, que tendrá en cuenta el precio diario, pero también el mercado de futuros (el coste mensual, trimestral y anual).
Sin embargo, el problema clave es que la reforma del PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor) sigue sin modificar los altos precios de la electricidad producida con renovables, y se le suman el mercado marginalista y la futura falta de incentivos para el ahorro.
Mercado libre y regulado
En agosto de 2022, el precio de la luz en el mercado regulado alcanzó un récord, y no uno de los buenos: fue el mes más caro de la historia. Y, entre otras razones, se señaló cómo las hidroeléctricas, cuyo coste de producción por megavatio/hora es de tres euros, fijaron el precio de la luz en 201,96 euros durante el 30 de agosto.
Como recordatorio rápido, la tarifa regulada (PVPC) por el Ministerio, cambia cada día según lo que marca el mercado mayorista de electricidad, por lo que su precio es variable y puede personalizarse (relativamente) según el consumo del hogar. Tiene un máximo de 10 kWh de potencia.
Por el contrario, las comercializadoras del mercado libre tienen libertad de tarifas, pueden ofrecer otros servicios, suelen tener disponible energía verde y combinar suministros (además, cuentan con permanencia, a diferencia del mercado regulado).
Comparando la oferta energética
La PVPC ha dado buenos sustos y, a menudo, ha dejado pocas alternativas a las familias que se mantienen en el mercado regulado. La principal culpable ha sido la crisis energética, que disparó los precios sin tiempo de reacción a los más de 10 millones de españoles que tienen contratada esta tarifa, que es condición obligatoria para acceder al bono social eléctrico.
En España, se dio un panorama complejo en 2018, así como en 2022-2023, en un momento en el que los precios fueron al alza —lo cual choca con el gran auge de las renovables—, mientras que también existen periodos, tanto durante el año, como en función de la estación o de la producción energética, a la baja, como las cifras de 2016.
En cualquier caso, la fuerza del mercado regulado en España supuso que el peso de la crisis energética haya sido muy superior en nuestras fronteras que en otros países europeos, donde la presencia de tarifas indexadas en el mercado mayorista es mínima.
Desde el Gobierno, han establecido un portal comparador de la oferta energética que nos permite una lectura o análisis más sencillo con el que poder escoger entre la oferta del mercado libre o regulado, según la potencia de la instalación, las necesidades en hora punta y valle, el consumo o la búsqueda de servicios adicionales.
La excepción ibérica
Para que Europa aceptase la llamada excepción ibérica (poner un "precio-tope" al gas en España y Portugal) y controlar la inflación en la península, se propusieron algunos cambios de medidas, que entrarán en vigor entre 2024 (ya se han aplicado) y enero de 2026.
En concreto, un cambio gradual en el cual:
- el 1 de enero de 2024 empezó a aplicarse un 75 % del precio determinado por el coste diario y un 25% repartido entre el mercado de futuros: mensual, trimestral y anual;
- en enero de 2025, esta proporción pasará a ser 60-40 %;
- por último, en enero de 2026, se establecerá una proporción definitiva, que dependerá un 45 % del mercado diario y un 55 % del reparto de los otros tres mercados.
Esto supone:
- El PVPC tendrá en cuenta los precios negociados durante los meses anteriores, lo cual hace más sencillo evitar subidas abruptas
- Se reducirán las diferencias entre el precio mínimo y máximo, por lo que las horas punta y valle no serán tan importantes
- Lo anterior también implica que el precio mínimo de la electricidad subirá de 68 a 79 (kWh), generando menos alicientes para cambiar hábitos y priorizar el consumo
También debemos tener en cuenta que las personas físicas tienen una potencia de contratación máxima de 10 kW en mercado regulado (incluyendo comunidades de propietarios), mientras que las pequeñas empresas deberán justificar el consumo.
Críticas al modelo
Desde la OCU, además, se ha denunciado la falta de transparencia de tarifas indexadas en el mercado libre, cuyos próximos cambios en el PVPC pueden dificultar todavía más utilizar este último como referencia.
Además, se señala que siguen sin abordarse los problemas enquistados en el mercado eléctrico español: el pago de la energía diaria al precio que alcance la tecnología más cara (mercado marginalista), la falta de incentivo en el ahorro y el posible riesgo de manipulación, puesto que los mercados de futuros suelen ser malos predictores del precio diario.
En cualquier caso, y en la medida de nuestras posibilidades, podemos agarrarnos a la idea de un mercado eléctrico algo más estable y cierta mejora en la transparencia energética, que nos debería permitir comparar con más seguridad entre el mercado libre y regulado.