Dicen además que no estarían dispuestos a alquilar ni aunque las condiciones cambiaran. Pero realmente, si se miran con detalle, parece que hay cosas que impulsarían a un cambio de mentalidad. No tanto el precio, que seguro que ayuda mucho, como otros factores.
Las mayores quejas que hay respecto a las viviendas de alquiler son "la mala calidad de los pisos en el mercado, las escasas garantías para garantizar la continuidad del inquilino y lo elevado de la fianza o aval necesario para firmar un contrato de alquiler". Es decir, el mal género, la poca estabilidad y problemas "burocráticos"-económicos. Si hubiera buenos pisos, si la contratación fuera siempre legal y sin clausulas arbitrarias y si el sistema legal fuera más rápido (con lo que los arrendadores y arrendatarios tendrían más seguridad) otro gallo cantaría en las encuestas.
Y he aquí un punto importante: la seguridad jurídica. Si en caso de conflicto la justicia fuera realmente rápida muchos propietarios no dudarían en poner pisos en alquiler. La mayor oferta y la propia seguridad jurídica también haría que los precios cayeran. Y habría más pisos de calidad. Este debería ser uno de los puntos esenciales del plan de la vivienda que tiene el Gobierno (lo mencionan pero no le dan toda la importancia que tiene).
Por otro lado, ¿por qué potenciar la vivienda en alquiler si la gente quiere comprar? Bueno, puede que haya llegado el momento de que el Estado deje de tirar el dinero. Construir viviendas para propiedad no es la mejor estrategia para luchar contra el problema existente. Al otorgar un bien en propiedad que en el mercado libre vale muchísimo más incitas a que se venda para obtener una plusvalía. Esto hace sacar de todo el mundo el especulador que lleva dentro. Muchas de las viviendas de protección oficial se venden con una gran parte en dinero negro. El alquiler viene a solucionar esto, ya que la propiedad sigue siendo del Estado. Además, cuando el inquilino se va, porque se pase al mercado libre, queda una vivienda vacía disponible para alguien que no puede acceder al mercado libre. En el mercado en propiedad no hay tanta rotación y muchos intentan antes convertir su vivienda protegida en vivienda libre. El dinero se ha perdido.
¿Y qué otra medida se puede tomar para beneficiar al alquiler? Pues desgravaciones fiscales. Por un lado tenemos al propietario, que ya tiene jugosas deducciones (hasta del 100% en el caso de alquilar la vivienda a un joven menor de 35 años). Y por otro al inquilino. Las desgravaciones por alquiler al inquilino se suprimieron en 1998, y podrían ser reintroducidas este otoño (algunas Comunidades Autónomas las tienen en la actualidad).
Por todo lo dicho anteriormente, creo que el Gobierno hace bien. Primero en fomentar el alquiler y segundo, en cómo fomentarlo: desgravaciones, seguridad jurídica y construcción de vivienda protegida de alquiler.