Ayer escuché una entrevista en la radio a Bonifacio Martín, secretario general de la Asociación Española de Centros Médicos Psicotécnicos. La entrevista fue muy interesante porque se mostró claramente como opera un lobby: tratando de influir con argumentos sensatos la percepción que tiene la sociedad sobre algo concreto para obtener beneficios.
En este caso Bonifacio dio buenos argumentos sobre la necesidad del test psicoténico a la hora de renovar el carné de conducir. Defendió con vehemencia la normativa española que obliga a pasar estos test, pero si los analizamos a fondo vemos que hay lagunas importantes.
La entrevista versaba sobre que los test psicotécnicos son importantes para controlar que los conductores estén capacitados para conducir ya que si los conductores pierden facultades el carné debe ser retirado o limitado. De hecho también argumentó que el cambio de hacer controles cada dos años a partir de los 65 a los cinco actuales es muy negativo para la seguridad vial (puede que tenga razón, pero al ser parte interesada está simplemente haciendo su labor de lobby)
A pesar de lo dicho, creo que Bonifacio tiene razón en algo: la labor que realizan es importante. El problema es que muchos centros están más interesados en aprobar rápido a los "pacientes" para tener mayores ingresos. El entrevistado reconoce que hay centros que no son lo suficientemente profesionales pero lo minimizó (argumentando que son minoría, sin dar datos) y lo achacó a los problemas económicos y no de normativa.
Inventivos contrapuestos
Pero si los problemas económicos del país hace que el sistema no sea funcional entonces tenemos un problema de normativa, que no contempla los posibles casos que se dan en la sociedad. Y creo que hay lagunas en la legislación actual.
El problema principal es que hay incentivos contrapuestos. En un mundo ideal todo el mundo es profesional y los conductores quieren ser evaluados de forma correcta para asegurarse que pueden seguir conduciendo. Pero en la realidad el conductor lo que quiere es aprobar, esté como esté, y el centro no tener una fama de muy exigentes a la hora de expedir el certificado, pues podría perder clientes.
Por tanto tenemos un sistema que no es del todo favorable a los objetivos que queremos conseguir. ¿Cuál podría ser la solución? Es complicado algunas ideas que se me ocurren son que el interesado en pasar un test no pudiera elegir al centro al que debe ir y que haya mayores inspecciones de estos centros con sanciones importantes. ¿Se os ocurre alguna otra posibilidad?
Imagen | Daquella manera