En 2006, el crecimiento mundial ha continuado a niveles impresionantes. No obstante, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo, la economía mundial sigue con alto desempleo e inestabilidades que hay que tratar.
El alto crecimiento no ha impactado el nivel de desempleo mundial, que se queda en un promedio del 6,3%, pero que oculta muchas variaciones entre países, con los más pobres sufriendo los niveles más altos.
Teniendo en cuenta los altos crecimientos en la población de estos países, el crecimiento por supuesto ha ayudado a que el desempleo no subiera. Lo que se ve es que este crecimiento no es suficiente como para empezar a reducir la carge que todavía tienen los más necesitados.
Como hablamos hace unos días, las variaciones en los niveles de desempleo solo en la Unión Europea son notables, con los países más pobres arrastrando los niveles más altos.
Este fenómeno existe también a nivel mundial con el problema fundamental de que los desempleados en los países más pobres están en niveles de pobreza que no pueden soportar.
El informe destaca varios elementos, algunos que no nos deben sorprender. Estos salen directamente del informe:
- Durante la última década el crecimiento se ha reflejado más en el aumento de la productividad que en el del empleo. La productividad aumentó 26 por ciento, mientras que el número de empleados en el mundo subió sólo 16,6 por ciento.
- El desempleo golpea más fuerte a los jóvenes entre 15 y 24 años, pues afecta a 86,3 millones de personas de ese grupo de edad, equivalente a 44 por ciento de todos los desempleados del mundo en 2006.
- Persiste la brecha de empleo entre mujeres y hombres. En 2006, 48,9 por ciento de las mujeres de 15 años o más estaban trabajando, levemente por debajo del 49,6 por ciento de 1996. En comparación, la relación empleo-población de los hombres fue de 75,7 por ciento en 1996 y de 74,0 por ciento en 2006.
- En 2006, la presencia del sector de servicios como proveedor de empleo aumentó de 39,5 por ciento a 40 por ciento y por primera vez superó a la agricultura, que bajó de 39,7 por ciento a 38,7 por ciento. El sector industrial aportó 21,3 por ciento de todo el empleo.
Con la alta natalidad de los países más pobres, y el resultante peso del desempleo entre el segmento de los más jóvenes, debemos enfocar nuestras políticas en la apertura del mercado laboral a estos grupos, bastante más que en las políticas de protección de los intereses existentes.
Esto no es tan fácil. Incluso cuando lo intentaron en Francia, después de las protestas de los sindicatos saliendo a las calles, duró poco la idea.
Como en los países más ricos, aunque en niveles mucho más serias, las mujeres también estan en el lado perdedor. ¡Qué sorpresa!
El crecimiento es bueno pero vemos que todavía falta una distribución mejor de lo que se crea.
Vía | Oficina Internacional del Trabajo (OIT) En El Blog Salmón | El desempleo español por encima del promedio europeo Más información | Informe de la OIT (en inglés)