En el mundo Anglo Sajón existe el fenómeno que se llama: ¨not in my back yard¨, o NIMBY, que se traduce aproximadamente como ¨no en mi patio¨. Lo que quiere decir es que todos sabemos que se necesitan instalaciones y construcciones de toda clase pero nadie los quiere en sus comunidades o cerca de sus casas.
Este fenómeno suele aparecer cuando hay un proyecto nuevo y se tiene que elegir un lugar para localizarlo. Los vecinos se organizan, envían cartas, hacen manifestaciones, coleccionan firmas de apoyo y presionan a sus políticos para que encuentren otro lugar para situar el proyecto. NIMBY se manifiesta en proyectos industriales, proyectos químicos, torres de electricidad y de telefonía, vertederos, centrales nucleares y plantas de distintas clases (reciclaje, tratamiento y almacenaje de residuos), incluso con las cárceles. En estos momentos con el precio de la energía a niveles dignos de atención, hay más limitación en los productos refinados que en el petróleo. Es decir, los 2 millones de barriles diarios de producción adicional que promete la OPEP no necesariamente resultarán en una reducción en los costos y en la escasez de la gasolina y de otros productos finales. El cuello de botella son las refinerías y es el resultado directo del efecto NIMBY; muchos proyectos, muchas protestas y pocas refinerías a nivel mundial.
Si queremos nuestra electricidad, cobertura para nuestros teléfonos móviles, si queremos que nuestros residuos se traten y se reciclen, si queremos fuentes de energía alternativas, incluso si queremos empleos, debemos entender que estos proyectos, las torres, los centros, las plantas, etc. los necesitamos y, hasta que se encuentre formas de situarlos en alta mar, o en la luna, los vecinos tendrán que ser más flexibles. En España se ve bastante más flexibilidad en este tema que en muchos otros países.
Vía | La Nueva España En El Blog Salmón | La energía renovable no es de los ciudadanos, Energía insuficiente y Energía Solar en Alemania