Si 200.000 euros por hijo es demasiado aquí hay unas cuantas políticas baratas para mejorar la natalidad

En el tema anterior donde tratamos la natalidad explicamos que las políticas de los Estados podían estimularlas. Hay evidencias para ello, pero de momento lo único que están logrando muchas de estas políticas es frenar el ritmo de caída de la natalidad y por eso hay muchos negacionistas que ven como las ayudas se multiplican pero la natalidad no remonta.

El principal problema de esto es que remontar la natalidad a base de que el Estado reparta dinero es excesivamente caro. Tanto como que lograr la tasa de reemplazo (2,1 hijos por mujer) en Europa se lograría dando a las familias unos 200.000 euros por hijo. Y esto es simplemente inasumible.

La vía del dinero

Está claro que tenemos un problema, en algunos lugares más que en otros. En Europa la tasa de natalidad es 1,5, pero por ejemplo en España está en 1,3. EEUU ronda el 1,8, y es uno de los países desarrollados con mayor tasa de la natalidad.

Todos estos países tienen ayudas a la natalidad pero no parecen ser suficientes. Algunos programas parecen mejor diseñados que otros pero la efectividad sigue dependiendo mucho de la cantidad aportada.

Por tanto, siendo 200.000 euros por hijo un gasto excesivo para el Estado, hay que aplicar otras medidas para fomentar la natalidad, que no sea únicamente cubrir de dinero a la gente con hijos.

El entorno es importante

El caso de Israel es interesante para explicar que hay otros factores que impulsan la natalidad. La natalidad es Israel es bastante alta, con una tasa de 2,54. Algunos indican que el motivo es la religiosidad de los ultra-ortodoxos, pero lo cierto es que este hecho no es suficiente para explicar sus buenos datos.

Si comparamos a los israelíes seculares con sus homólogos judíos de EEUU, los primeros tienen una tasa de natalidad muy superior a los segundos. Por tanto hay algo que tiene que explicar esta diferencia.

Es cierto que Israel tiene ayudas a las familias, pero no son nada espectaculares dentro de la OCDE. Lo que sí existe un mayor sentimiento de comunidad, tanto familiar como algo más extendido, quizá por estar en una situación de amenaza constante de sus países vecinos.

Es decir, si un Estado aporta ayudas pero además existe un sentimiento de comunidad mayor, la natalidad puede subir. Y los Estados pueden hacer ciertas cosas para fomentar este sentido de comunidad o facilitar que la gente tenga hijos.

Medidas para mejorar la natalidad

Lo primero es poner las cosas fáciles. Los niños requieren muchos cuidados en los primeros años de vida y la conciliación laboral y familiar es complicada. Tendría que haber más guarderías 0-3 años y muy asequibles, ya sea en forma de ayudas o directamente de gestión pública. También debería haber facilidades para que uno de los padres tenga una excedencia pagada durante los primeros años.

Sobre esto último, mucho se habla de la brecha de género pero lo cierto es que lo que hay es una brecha de maternidad. Las mujeres que no tienen hijos apenas tienen brecha salarial. Las mujeres que tienen hijos normalmente sí, pero solo si pueden permitirse reducir el número de horas, en los percentiles más bajos de renta este gap no existe. Es decir, cuidar de los niños es algo que las madres quieren hacer y deciden hacerlo a pesar de reducir sus posibilidades económicas. Están pagando por ello.

Por tanto intentar limitar el impacto de la maternidad en el sueldo de las mujeres, pero no impidiendo que cojan excedencias sino actuando sobre los efectos de las mismas, debería ser el objetivo de los Estados. Por ejemplo, actuando sobre el cumplimiento de horarios (de una forma verdadera, no con un control de horarios en una app que nadie verifica).

También puede ser útil tener con quien dejar a los niños en caso de tener que hacer un recado. Intentar sustituir a la comunidad que se ha perdido con la vida moderna. Por ejemplo, una especie de guarderías por horas muy asequibles ayudaría a que la vida con hijos fuera más sencilla.

Otro asunto importante es el alojamiento. Está demostrado que a mayores viviendas mayor número de hijos. El tema de la vivienda es importante y atacarlo con decisión podría ser clave para mejorar la natalidad. Es un problema aparte pero si vemos las distintas ramificaciones que tiene quizá su importancia destaque aún más.

Las viviendas más grandes de EEUU alojan a familias con más hijos

También el Estado puede intentar influir en la gente para que tenga los hijos más pronto. La edad del primer hijo no para de aumentar y esto hace que se tengan menos hijos porque no hay tiempo material para más. Tener hijo en la década de los 20 no debería estar mal visto. Quizá reducir los grados universitarios a 3 años ayudaría a tener una carrera estable antes.

Y aunque parezca muy antiguo, fomentar los matrimonios ayuda a tener hijos. Las largas colas que hay en los registros para lograr un matrimonio no son aceptables, debería ser un trámite más sencillo. Que los notarios puedan hacerlo es un paso, pero nadie te libra de unos buenos meses para lograrlo.

También tiene que haber una sensación de que tener hijos es lo normal y deseable. Está bien que haya gente que no quiere tenerlos, pero no es lo que le viene bien a la sociedad. Por ejemplo se podría prohibir que existan restaurantes u hoteles donde los niños no están admitidos.

Otra medida sería ampliar la cobertura a los tratamientos de fertilidad. Si alguien quiere hijos, hay que apoyarles. En la sanidad pública muchas veces se piden requisitos que hacen las esperas excesivamente largas, y esto tiene un impacto sobre todo ahora que las edades para tener hijos se disparan. Aquí habría que invertir y si no hay recursos, directamente pagar tratamientos privados a las parejas que así lo solicitan.

Y por último, mejorar las condiciones materiales. Esto debería ser el objetivo de cualquier Estado, incrementar el PIB y el PIB per cápita. Y es que las rentas más altas tienen más hijos. Parece lógico pero a veces se nos dan mensajes contradictorios: es la expansión del PIB y el PIB per cápita lo que ha hecho que se desplome la natalidad. Y sí, es cierto. Es la trampa de la clase media: los muy pobres tienen muchos hijos, según las sociedades se hacen más ricas, menos. Porque hay que contar monedas.

Pero si la renta se expande mucho, hay más hijos. Es más fácil tener hijos siendo rico. Así que intentar aumentar la riqueza de todos impulsará la natalidad. Hay que tirar para arriba la renta mediana de España que lleva estancada muchos años, es fundamental para lograr aumentar los nacimientos.

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