Llevamos unos días con un debate muy polémico debido a la reciente mudanza del youtuber El Rubius a Andorra. El motivo es simplemente que con este movimiento pasará a pagar impuestos en el pequeño país pirenaico y dejará de hacerlo en España. El ahorro para el famoso será bastante grande, ya que el IRPF en Andorra es bastante más bajo que en España.
La discusión sobre el asunto, siempre mayor en Twitter que en el resto de la sociedad, está muy polarizada. Por un lado está quien defiende que la imposición en España es abusiva y por tanto el Rubius está en su derecho de irse; por otro quien dice que no debería permitírsele el uso de servicios públicos cuando vuelva a España. Sin embargo falta un debate serio sobre el asunto porque esto apunta a cambios que están ocurriendo en la sociedad que no se pueden ignorar.
Cambio de residencia e impuestos
Antes de nada veamos cómo funciona el IRPF. El IRPF es un impuesto que grava a cualquier persona física residente en España. De hecho funciona así en casi todos los países del mundo, siendo quizá una excepción EEUU que grava los ingresos de todos sus ciudadanos o poseedores de un visado de trabajo independientemente de su residencia (aunque luego hay acuerdos para evitar la doble imposición).
Que los impuestos se paguen por la residencia tiene bastante sentido: donde se reside se usan servicios públicos y por tanto es lógico que los impuestos se paguen allí. Además, para evitar irregularidades, los Estados fijan lo que es exactamente la residencia: casi todos lo fijan en 183 días al año, seis meses. Es así en el caso de España y de Andorra, por cierto.
Eso sí, existen países que buscan incrementar sus ingresos fiscales haciendo fácil establecer la residencia y no estableciendo los 183 días mínimos: un caso dentro de la UE es Chipre, que solo requiere 60 días de residencia al año.
Andorra ha sido noticia en repetidas veces en los últimos años porque es el destino de varios youtubers españoles. Su IRPF es realmente bajo (un 10%) y está relativamente cerca de Barcelona (2 horas en coche). Es un tanto injusto porque Andorra se ahorra mucho gasto público debido a que Francia y España les proporcionan servicios, entre otros la Defensa. Pero tampoco hay que irse tan lejos: Portugal también ofrece a extranjeros un IRPF especial del 10% durante 10 años, es un país seguro, barato, agradable y cercano a España.
España, por cierto, también ofrece un IRPF especial para extranjeros (la llamada Ley Beckham porque pareció hecha a su medida cuando vino a jugar al Real Madrid): hasta los 600.000 euros de ingresos anuales los impuestos a pagar son del 24% (a partir de ahí el 45%). Condiciones mucho mejores que los residentes españoles.
El futuro del trabajo
Y he aquí donde unas leyes especiales que se aplicaban solamente a trabajadores muy cualificados, y que existían para atraer sedes de empresas multinacionales, se empiezan a generalizar.
Tenemos páginas web que analizan los mejores países para fijar la residencia para personas que pueden realizar su trabajo en itinerancia, incluso con recomendaciones de estructura de empresa en un país y trabajador en otro para el caso de autónomos, que se parecen bastante a lo que hacen Google, Facebook y compañía para evitar una gran factura fiscal... Esto que antes solo se lo podían permitir las multinacionales ahora lo puede aprovechar un trabajador con ingresos altos (100.000 euros al año) para reducir significativamente su factura fiscal.
Y este caso de El Rubius nos muestra que ya hay un problema: los trabajadores que pueden realizar su actividad desde cualquier sitio ya se comportan como multinacionales a la hora de reducir su factura fiscal. El teletrabajo ha despegado con la pandemia y en el futuro puede haber un gran número de personas con sueldos altos buscando esta optimización fiscal.
Esto se une a que el típico anclaje del pasado está en decadencia: la familia. Cada vez hay más profesionales sin hijos y ganando bastante dinero, cosa que puede hacer que empiecen a buscar la residencia mirando únicamente el IRPF sin tener que contemplar cambios de colegios que es lo que suele impedir estos movimientos.
Lo que debemos hacer para retener a estos trabajadores y atraer otros
En el mundo post-pandemia muchas empresas van a contemplar tener trabajadores en remoto. Sobre todo trabajadores de muy alto nivel, que son los que pueden trabajar completamente deslocalizados. Y como país nos interesa atraerles, por los ingresos fiscales y por el gasto que dejan.
Tenemos un ingrediente muy interesante, el mismo que atrae el turismo: somos un país con buen clima, en el que se vive muy bien a partir de cierto nivel de ingresos, con ciudades medianas y grandes bien surtidas de ocio disponible, buenos servicios y buenas infraestructuras para desplazamientos.
También tenemos, como hemos visto, una estructura fiscal interesante para trabajadores extranjeros que vengan a residir a nuestro país de forma temporal, pero debemos tener en cuenta que no solo hay que atraer sino retener.
Y para retener necesitamos dejar de pensar que los ingresos fiscales van a venir de tener mayores tipos impositivos en los tramos más altos del IRPF. Esto hace que veamos huidas como la de El Rubius. Es cierto, no podemos competir con el 10% de IRPF de Andorra, pero seguramente si no tuviéramos el tramo más alto en el 45-50% (dependiendo de la Comunidad Autónoma), España ofrece otras cosas más interesantes (como por ejemplo tener más espacio, climas, variedad y ocio que Andorra).
Los ingresos fiscales de España están demasiado centrados en la parte alta marginal. Las rentas del trabajo de personas que ganan más de 60.000 euros recaudan el 15% del total, pero solo son el 4% de los trabajadores. Si nos vamos a más de 30.000 euros son el 22% de trabajadores pero se recauda el 46% del total.
No hay que olvidar que los impuestos desincentivan. De hecho se usan los impuestos en algunos casos para precisamente eso: por eso existen los impuestos al tabaco, alcohol, bebidas azucaradas. Y si queremos que los trabajadores con altos ingresos no se vayan e incluso que vengan a España hay que repleantearse la estructura del IRPF.
También hay que tener en cuenta la voracidad que presenta muchas veces Hacienda. El Rubius se ha quejado de cómo le han tratado en algunas ocasiones y si bien puede ser cierto que cometió algún tipo de irregularidad, hay que tener cuidado con la imagen que damos fuera.
De hecho cuando terminó el primer confinamiento de 2020 por el coronavirus muchos trabajadores extranjeros que no tenían la residencia en España tuvieron que salir escopetados debido a que Hacienda no quiso levantar el requisito de 6 meses de residencia para contemplar la residencia española, cuando desde marzo a junio fue realmente muy complicado salir del país por los cierres fronterizos.
Estamos ante unos cambios muy importantes en la sociedad: la globalización hace que culturalmente sea bastante similar vivir en un sitio que en otro; la conectividad hace que sea posible, en muchas ocasiones, trabajar en cualquier lugar; y los cada vez más tenues lazos familiares no atan a las personas a su lugar de residencia. La polémica de El Rubius ha dado un toque de atención, hay que reaccionar.