Los registros de vehículos eléctricos (BEVs), incluidos los híbridos eléctricos de batería (PHEVs), aumentaron en un 70% entre los años 2014-2015, con más de 550.000 vehículos vendidos en todo el mundo. Estados Unidos fue superado por China como el mercado más grande para los coches eléctricos, con hasta 200.000 nuevos registros, y entre ambos mercados acaparan más de la mitad del total de matriculaciones vehículos eléctricos.
Sin embargo, la cuota de mercado de los automóviles eléctricos frente al total es relativamente pequeña siendo inferior al 1% en China y del 0,7% en Estados Unidos. En el año 2015 el 90% de las ventas de automóviles se efectuaron en China, Estados Unidos, Holanda, Noruega, el Reino Unido, Japón, Alemania y Francia.
En el año 2015, exceptuando el mercado japonés y el estadounidense que experimentan un crecimiento sostenido, el crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos también superó el 75% en Francia, Alemania, Corea del Sur, Noruega, Suecia, Reino Unido y la India.
Hay que destacar que las ventas en Holanda crecieron el doble y la cuota de mercado ya alcanza el 10%, siendo el nivel más alto dentro de la Unión Europea y el segundo más alto a escala global (después de Noruega cuya cuota de mercado es del 23%).
La razón por la que Holanda y Noruega, son dos de los mercados con las cuotas del contexto más altas, es porque se ha premiado a los consumidores por adoptar los coches eléctricos. Por ejemplo, en Holanda se ofrece una reducción significativa en impuestos de registro y circulación, así como el acceso privilegiado algunas zonas de la red de transporte que queda restringida para el resto de automóviles.
Noruega por su parte establece fuertes incentivos en forma de reducción de impuestos de matriculación e incluso la exención del impuesto sobre el consumo para los peajes, transbordadores y el acceso a los carriles de autobús.
Los números rojos de Tesla
En medio de este mercado en crecimiento, muchos pensarían que las empresas focalizadas en el coche eléctrico se están llenando los bolsillos, pues no es así.... Un ejemplo claro lo vemos en Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos por excelencia, que está sumando una trayectoria de pérdidas inquietante.
Es muy interesante observar cómo han evolucionado en los últimos cinco años los datos de flujos de caja operativos o FCO (efectivo que genera la actividad) y el flujo libre de caja o FLC (dinero que queda en la caja para desarrollar nuevos productos, recompra de acciones, pagar dividendos, o bien reducir la deuda):
- 2012: -266,08 millones de dólares en FCO y -505 millones en el FLC.
- 2013: +257,99 millones de dólares en FCO (único dato positivo en los últimos cinco años) y -6 millones en el FLC.
- 2014: -57,34 millones de dólares en FCO y -1.003 millones en el FLC.
- 2015: -524,5 millones de dólares en FCO y -2.160 millones en el FLC.
- 2016: -123,83 millones de dólares en FCO y -1.560 millones en el FLC.
Como se puede ver, Tesla es una maquinaria perfectamente engrasada para perder dinero de manera continuada ya que sus ventas no alcanzan para cubrir los costes de producción. No obstante, existe una fuerte expectativa de su crecimiento futuro para la marca de automóviles, la pregunta clave es si tales expectativas tienen fundamento.
Como curiosidad, en capitalización bursátil, la valoración de Tesla es de 44.000 millones de dólares frente a los 49.000 millones de Ford. Sin embargo, las ventas de unidades son muy dispares entre ambas empresas, mientras que en 2016 Tesla vendió 76.000 vehiculos, Ford anotó ventas de 6,7 millones de unidades.
Poco a poco se van reduciendo los costes, aunque los precios siguen siendo muy caros
Los costes unitarios de producción de los vehículos eléctricos se focalizan principalmente en sus baterías ya que tienen un coste de 500 dólares por Kwh, es decir 464 euros por Kwh.
Volviendo a Tesla, el modelo S de la marca tiene alrededor de 60 kwh de capacidad, lo que significa que aproximadamente 30.000 dólares, o el 42,25% del precio del vehículo se debe a la batería. Desde 2008, el coste de los paquetes de baterías de Tesla han bajado en un 50%, y su capacidad de almacenamiento ha aumentado en más de un 60%, pero a día de hoy siguen siendo muy caras.
A medida que avance la investigación y desarrollo sobre la tecnología de las baterías, la esperanza es que el coste de almacenamiento de energía en la batería será capaz de competir frente al coste del vehículo de combustión. De hecho, las empresas de automóviles tradicionales también están integrando en la producción en masa de vehículos eléctricos.
En Xataka, podemos encontrar una interesante comparativa entre el coche eléctrico y el coche convencional en la que se concluye que: "los coches eléctricos son sensiblemente más caros que sus equivalentes en gasolina, incluso con las ayudas estatales de 6.500 euros. Dependiendo del modelo, son entre 5.000 y 13.000 euros más caros".
Asimsimo, para que fuera rentable el coche eléctrico para el usuario, con la tecnología actual y frente a los actuales precios de la gasolina, debería efectuar el usuario más de 15.000 kilómetros al año.
¿Qué impacto tendrá el coche eléctrico sobre el precio del petróleo?
La creciente popularidad de los coches eléctricos no se espera que tenga un gran impacto en la industria del petróleo y el gas, al menos para el corto y medio plazo. En el escenario más probable, un máximo del 10% de los nuevos coches en la carretera será eléctrico o híbrido en 2025 y deberíamos esperar hasta el año 2040 para que el 35% de las nuevas ventas de vehículos sean eléctricos.
Para 2025 se esperaría que sólo el 3% de los vehículos será totalmente eléctrico. Hay tres razones para establecer está conclusión: [El coste de los coches eléctricos seguirá siendo una alternativa más cara, la falta de autonomía de las baterías y la falta de infraestructura suficiente para la recarga de coches eléctricos a diferencia de las estaciones de servicio, que se encuentran en todas partes.
Con una cuota de mercado actual de menos del 1%, los coches eléctricos, por ahora, no suponen un desafío en el sector del petróleo o el sector del automóvil basada en el motor de combustión. Esto no debería ser sorprendente, ya que los coches de gasolina han existido desde 1908, cuando Henry Ford popularizó el Modelo-T asequible para la mayoría de los consumidores.
En comparación, el Tesla Roadster se introdujo hace unos años y fue vendido a un precio mucho más elevado frente a los coches de gasolina de la misma categoría. Incluso con la llegada de los coches eléctricos asequibles, como el Nissan Leaf no se ha traducido en un sustitutivo del vehículo de combustión.
Por esa razón, el sector del petróleo seguirá experimentando una alta y continua demanda desde el sector automovilístico. Mientras que el carbón, la energía nuclear e hidroeléctrica proporcionan energía para las grandes plantas de energía del mundo, también hay una necesidad constante de petróleo a los generadores de energía.