Las marcas europeas de coches creían que no íbamos a confiar en el coche chino barato. Estaban muy equivocadas

Las marcas europeas de coches creían que no íbamos a confiar en el coche chino barato. Estaban muy equivocadas
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La guerra del sector automovilístico alcanza un nuevo nivel. Las marcas europeas de coches miran con recelo a China que, pese a duplicar el valor de los coches vendidos en el viejo continente, sigue suponiendo una gran amenaza. De ahí que la UE se encuentre sumergida en una investigación para dilucidar si los fabricantes del gigante asiático reciben subvenciones y contempla la imposición de aranceles, al igual que ha hecho EEUU.

Pese a que los fabricantes europeos pensaban, en un principio, que la batalla estaba ganada por cuestiones de calidad, la realidad es que la tecnología y la seguridad del coche chino está a la altura, e incluso supera, a los modelos europeos. Pese a sus precios, un informe de la consultora JATO Dynamics muestra que, en 2015, el precio de un eléctrico en China era un 37% más caro que en Europa y un 26% más que en EEUU. En 2022, el precio en China es de 31.829 euros y en Europa de 55.821. En el primer semestre de 2023 la brecha aumentó, pasando en China a los 31.165 euros y en Europa a los 68.023 euros.

La fabricación china gana peso. Según el citado informe, el pasado mes de mayo de 2024, el 19% de las ventas de vehículos ‘cero emisiones’ pertenecieron a este nicho; una cifra que creció en un 6% con respecto al mes de mayo de 2023.

Llama especialmente la atención que, durante el primer semestre de 2023, solo un 22% del total de los eléctricos vendidos en China superaban los 40.000 euros, mientras que en EEUU y en Europa el porcentaje era del 82% y del 77%, respectivamente. Y es que en Europa es necesario pagar un 92% más por un eléctrico que por un coche de combustión, mientras que en China es un 8% con respecto a su homólogo de combustión.

Imposición de aranceles

España está entre el grupo de países de la UE que apoya la idea de que Bruselas imponga aranceles a los vehículos eléctricos chinos, pues se sospecha que se beneficia de subsidios procedentes de Pekín. Ante el miedo de represalias comerciales, China inició una investigación antidumping, la cual afectaría directamente al mercado porcino de España.

Desde comienzos de julio de 2024, y se prolongará al menos hasta noviembre, los vehículos eléctricos fabricados en China tienen que pagar al entrar en el viejo continente unos aranceles que oscilan entre el 17,4% y el 37,6%, sumados al ya existente del 10%. Imponer hasta un 38% de aranceles será una medida sin precedentes.

Los aranceles se habían impuesto a cada uno de los tres grandes fabricantes chinos. No obstante, aquellos que habían cooperado en las investigaciones de la CE quedaban sujetos a cifras cercanas al 20%. Otros, como el grupo SAIC, rozaban el 40% de aranceles por falta de cooperación.

Una medida de defensa comercial sin precedentes. España, Francia e Italia han dado su visto bueno a los aranceles sobre los coches chinos. Alemania y Suecia se han abstenido, siendo Hungría el único país que se ha posicionado en contra.

¿Por qué triunfa el coche eléctrico chino en Europa?

Las marcas europeas de coches estaban muy equivocadas. El apoyo del gobierno de China a la venta de coches eléctricos ha sido clave, pues el país asiático reembolsó a los compradores hasta 8.375 dólares por vehículo en un programa concluido en 2022. No obstante, gobiernos locales como Shanghai aún lo mantienen.

También es gracias a las exenciones fiscales. De este modo, se ha renunciado a un gravamen fiscal estándar del 10% para las compras de automóviles eléctricos de menos de 300.000 yuanes (41.000 dólares) hasta 2025.

La exitosa compañía china BYD, llegada a España a finales de 2023, se sustenta sobre tres pilares de eficiencia: capacidad de fabricación de semiconductores y baterías, una alta capacidad de producción y el acceso a materias primas esenciales para la misma.

Los coches eléctricos chinos pueden comprarse en su país de origen prácticamente a la mitad de precio. Comprar un BYD Atto3 en Alemania puede salir por 42.000 dólares y en China por 20.000 dólares. Esto se debe a la elevada competencia que existe en China.

Se calcula que existen 170 fabricantes de coches en China, por lo que esto provoca una radical bajada de los precios que se ofertan en el mercado. Al bajar sus precios, para intentar recuperar sus márgenes de beneficios, apuestan por incrementar el importe en Europa.

Además, los costes de producción siguen siendo más económicos. No solo en lo que a la mano de obra y a la materia prima se refiere, sino también a la coyuntura del mercado, que provoca que fabricar en serie coches eléctricos en China sea una operación plenamente económica y eficiente, con una elevada brecha de rentabilidad a medio-largo plazo. Esto demuestra que las marcas europeas estaban equivocadas y que, por el momento, poco o nada pueden hacer en esta lucha.

Fotos: Getty Images 1, Getty Images 2, Getty Images 3

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