La crisis financiera en Europa ha puesto el Euro en grave peligro. Si bien la situación en Portugal e Irlanda han mejorado, España e Italia son ahora los países más amenazados, y son los que encabezan las apuestas de los países que pueden abandonar el euro. Nadie sabe cómo esta historia terminará, pero lo que es seguro es que Alemania se convertirá en el país más poderoso de Europa. Esta es la tabla de apuestas de William Hill, la mayor casa de apuestas del Reino Unido:
- 1º Italia 1,25 € por euro apostado
- 2º España 1,75 € por euro apostado
- 3º Grecia 3,00 € por euro apostado
- 4º Chipre 3,50 € por euro apostado
- 5º Bélgica 9,00 € por euro apostado
- 6º Portugal 9,00 € por euro apostado
- 7º Irlanda 9,00 € por euro apostado
- 8º Eslovenia 14,00 € por euro apostado
- 9º Eslovaquia 14,00 € por euro apostado
- 10º Estonia 14,00 € por euro apostado
- 11º Malta 40,00 € por euro apostado
- 12º Francia 66,00 € por euro apostado
- 13º Holanda 66,00 € por euro apostado
- 14º Austria 125,00 € por euro apostado
- 15º Finlandia 150,00 € por euro apostado
- 16º Alemania 500,00 € por euro apostado
¿Qué es lo que tiene a España en el ojo del huracán?
Siguiendo los pasos de Estados Unidos e Irlanda, la burbuja inmobiliaria española fue el detonante de su propia crisis interna. La crisis desencadenada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, se replicó exactamente igual en España, lo que obligó al gobierno a rescatar a la banca y en ese rescate perdió la brújula de sus cuentas. Esta operación le costó a España rebazar el compromiso de déficit público, y perder la credibilidad ante sus vecinos. Para superar el shock, el gobierno se vio obligado a adoptar medidas de austeridad en mayo de 2010.
Sin embargo, Fitch y Moody no tuvieron miramientos y rebajaron la calificación de la deuda española haciéndole perder la triple A. Y pese a que el gobierno anunció que había cumplido su objetivo de reducción del déficit, la respuesta de Moody’s no se hizo esperar y volvió a rebajar la calificación de la deuda española. Esto hizo que el costo de los préstamos subiera vertiginosamente hasta hacerlos asfixiantes, demostrando que las agencias calificadoras (los organismos creados por el mercado para su autocontrol) tienen el extraño don de potenciar las crisis económicas, de amplificarlas, en el auténtico mundo de locos construido por el mercado.
De esta forma, los humillantes planes de rescate orquestados a todo bombo para Grecia, Irlanda y Portugal, con las despiadadas acusaciones de derrochadores, borrachos y corruptos (aunque gran parte de esta corrupción, en el caso griego, era conocida por la dirigencia de la UE y contaba con la ayuda estratégica de Goldman Sachs y JPMorgan para los efectos de la contabilidad creativa), se trasladaron a las costas españolas. Y así fue como España se hizo plenamente vulnerable al contagio, pese a las compras subterráneas de bonos de la hacienda pública por parte del BCE, en una acción en la que el BCE ha trasgredido todas sus normas.
Esto llevó a que a fines de agosto los políticos españoles se decidieran por dar un paso muy importante para tratar de recuperar la confianza del mercado: reformar la Constitución para introducir un límite a los déficit futuros. Este plan entraría en vigor el año 2020 y establece un límite para el déficit de 0,4 por ciento, afectando a todos los niveles de la administración española, incluida la salud y la educación. Lo que esta por ver es si este plan que tardaría en implementarse casi una década, logra calmar la furia de los mercados en su hambre de recursos de los próximos dos años.
¿Se salva Italia?
La tercera economía de la zona euro también está en duros aprietos. Italia tiene alrededor de 1,8 billones de euros en deuda, lo que supera la deuda de Grecia, Irlanda, Portugal y España juntas. De hecho, un rescate italiano no sólo sería demasiado caro sino también imposible de hacer. Por eso que la crisis de confianza que se ha desplegado con gran furia y volatilidad en las bolsas ha golpeado a Italia en los últimos días en lo que es una amenaza no solo para la eurozona sino para todo el mundo.
Italia es el tercer país más endeudado del mundo y su desarrollo económico se ha debilitado. Esto ha acrecentado los temores sobre la crisis de la deuda italiana, que se han elevado significativamente después de que S & P rebajara la calificación sobre la deuda de Italia en mayo de 2011. En junio, se agregó a la rebaja la agencia Moody, demostrando su enorme poderío para amplificar el ciclo económico, esta vez a la baja. A estas alturas resulta prácticamente insólito que los gobiernos sigan amparando a estas agencias y les permitan tener voz, cuando son las principales responsables de la actual crisis dado que en todo el proceso de su incubación hicieron la vista gorda a todos los fraudes que terminaron por detonarla. Pero a estas agencias, ni la UE, ni el BCE, ni el FMI se han atrevido a alzar la voz. Son el brazo armado de la banca.
Por eso, Italia no puede confiar en la ayuda de otros países de la eurozona, ya que sus respectivas crisis económicas y sus deudas los tienen atrapados en sus propios problemas. Pero Italia no es como Grecia, que depende del turismo o del transporte. Italia es una gran potencia industrial, en la cual Fiat y otros importantes fabricantes de automóviles albergan una gran esperanza. Hasta el momento, Italia se encuentra en una posición mucho mejor que Grecia, pero esto puede variar dado el temperamento, los caprichos y las necesidades del mercado, el verdadero gran problema que está destapando la crisis.
¿Qué puede pasar?
Mientras las apuestas siguen a toda marcha, la fractura del euro comienza a ser inevitable. Una de las opciones es que la zona euro pierda a España o Italia, algo impensado hasta hace algunos meses cuando se pensaba que Grecia era el candidato más indicado para salir del euro. Pero el tamaño y el nivel del problema ponen a España e Italia como los mejores candidatos para abandonar la moneda única.
Las opciones de una unión fiscal europea se hacen cada vez más lejanas porque ningún país quiere perder su soberanía fiscal ante la pérdida ya realizada de su soberanía monetaria. Por eso la idea de unos Estados Unidos de Europa tiene a diluirse en la nada. Y todo pasa por un problema de costos, lo que ayuda a comprender por qué en la entrada del BCE en Bruselas hay una estatua con el símbolo del euro. ¿Tiene un símbolo de dólar la sede de la Fed en Washington, o en la Casa Blanca? No, porque la unión monetaria europea fue pensada por los bancos a espaldas de la gente y sin tomar en cuenta a la gente. Grave problema que nos pone frente a un tema crucial: ¿Seguimos dando cancha tiro y lado al sistema financiero basado en deuda que nos arrastró hasta acá, o nos preparamos para dar el paso hacia una nueva era económica donde lo que tenga sentido sea el trabajo y no las burbujas?
En El Blog Salmón | Estamos viviendo la colisión entre un sistema financiero fraudulento y un euro debilitado por los desequilibrios de la eurozona
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