Si el jueves pasado, en la mesa inmobiliaria que estuve, el stock de viviendas en venta era la gran incógnita así como el tiempo de absorción por parte del mercado, hoy, el Servicio de Estudios de Catalunya Caixa ha publicado su informe de situación inmobiliaria en Catalunya en la que cifra en 140.000 viviendas el stock en venta y marca una absorción de 8.400 unidades anuales como máximo, con origen en la creación de nuevos hogares.
Esto implica que Catalunya necesitará 16 años para hacer stock cero, suponiendo que no se construya nada y que se proyectaran las estimaciones de absorción que evalúa Catalunya Caixa. No obstante, como en todos los estudios de vivienda, no todas las zonas son iguales en esta distribución y aunque la mayoría de Catalunya está con un stock superior a la media, hay cuatro zonas que pueden tener posibilidades de absorción del stock pendiente.
Tal y como podemos apreciar, zonas como Ampostá presentan un stock de un 14% en comparación a zonas como San Feliú, Pineda o Mollerusa, con stock que pueden incluso necesitar la construcción de nuevas unidades a corto plazo.
La burbuja inmobiliaria tiene una componente de distribución territorial que no podemos pasar por alto en ningún momento. La heterogeneidad de las construcciones como las diferentes demandas de viviendas en cada zona, generan amplias diferencias tanto en la hipotética corrección de precios del sector como en las necesidades futuras de vivienda.
Si a estos factores, le incluimos los efectos demográficos y las tendencias a medio plazo, podemos aseverar que vamos a tener crisis del ladrillo para unos pocos años.
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