De acuerdo a un informe entregado ayer por Robert Zoellick, la economía mundial sufrirá una contracción del 3%, la mayor desde la segunda guerra mundial, como consecuencia de la crisis financiera, los esquema Ponzi, las burbujas y los agujeros negros de los bancos. Y mientras más demore la dirigencia europea en realizar las “pruebas de estrés” a las instituciones financieras, más lenta será la salida del pantano. La economía no podrá recuperarse mientras los activos tóxicos mantengan al mundo sobre un campo minado. La fuerte caída en la demanda que ha provocado un descenso vertical en las exportaciones de Alemania, tensiona al empleo (18%) y al eventual quiebre en la zona euro si algunos de los países bálticos se desprenden de la moneda europea. El gobierno español prevé una caída de 3,6% para este año. La revaluación del euro respecto al dólar en un 12% desde febrero, ha perjudicado aún más a los fabricantes de maquinarias y herramientas. En la jornada de hoy el euro llegó a cotizarse a 1,41 dólares.
A vista y paciencia del gobierno alemán, muchas empresas se encuentran en bancarrota y la quiebra de Arcandor ante la negativa de un plan de ayuda del gobierno de Angela Merkel, ha puesto en peligro más de 50.000 empleos y la estabilidad social en el corazón europeo. La compañía ha negociado durante toda esta semana la venta de algunas filiales como Karstadt y Primondo, sin llegar a resultados.
Estas malas noticias de Europa contrastan con las buenas noticias de China. La tercera economìa registró un incremento del 8.9% en su producción industrial con respecto al mismo mes de año pasado, mientras que las ventas al por menor aumentaron un 15,2% según informó la egencia Xinxua. El plan de reactivación por 600.000 millones de dólares puesto en práctica para revitalizar no sólo a China sino también a Taiwán y Singapur, está significando el desacople asiático de occidente.
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