Lo que antes era normal, característicos de las empresas españolas, los productos a bajo precio (como el vino, el calzado, etc.) ya no es posible. Además hay competidores mucho más baratos, como los productos chinos, y si te encuentras en una situación de no tener una marca relevante y además no ofrecer unos precios buenos, no hay nada que hacer.
Por tanto la única salida a esta situación es innovar. Ofrecer productos que no existan, gracias a un costoso proceso de I+D. Y si las empresas son pequeñas y no pueden dedicar tanto dinero a la innovación, la forma más barata de innovar es dedicar esos escasos recursos al diseño. Hoy he leído un artículo muy interesante en El País que habla sobre la innovación que empieza a existir en España en el tema del diseño (y también del marketing).
Y es que no hay otra salida. O hay innovación, ya sea en los productos o en la comercialización. De lo contrario estamos abocados al desastre.
Vía | El País