Hoy, el Gobierno se ha destapado con una nueva medida que ha creado un buen revuelo en los medios de comunicación. La medida que ha planteado es otorgar el permiso de residencia a los extranjeros que compren una vivienda por valor de 160.000 euros en adelante.
La medida ha levantado ampollas, en primer lugar por el malentendido entre nacionalidad y residencia, términos jurídicos que la mayoría de periodistas no tienen claros y que tienen una diferencia sustancial. De entrada, esta medida es una medida excelente y que no es ninguna novedad dentro de los ordenamientos jurídicos de bastantes países. Además, la mezcla de conceptos es espectacular y se están propagando varios bulos.
Un residente en España no tiene derecho a la asistencia sanitaria por el hecho de residir. Recordemos que los cambios introducidos en la Ley General de la Seguridad Social dan cobertura sanitaria a los residentes que tengan un trabajo por cuenta propia o ajena. Primer tópico desmontado, dado que estos compradores, pueden usar estas viviendas como segundas residencias y trabajar en sus países de origen. Ahora bien, si encuentran trabajo en España, ¿qué problema hay para que tengan su cobertura sanitaria?
El permiso de residencia sin permiso de trabajo siempre ha tenido precio económico. Lo digo porque hay titulares en medios que no se han molestado en leerse siquiera la ley que critican. Ahora mismo, cualquier extranjero que solicite la residencia en España la puede tener si acredita medios económicos suficientes para mantenerse él y su familia.
Se ha establecido un binomio extranjero rico = extranjero mafioso que no tiene base alguna. Que hay mafias, sí cierto, tanto españolas como extranjeras pero el titular de “España se nos llenará de mafiosos” no tiene correlación alguna con las estadísticas reales. ¿Acaso no hay mafias extranjeras en España ya? ¿No es cierto que existen bastantes inmuebles adquiridos por sociedades en España que se usan y disfrutan por personas física?
Por último, a nadie se le ha ocurrido evaluar la revitalización económica a efectos de consumo interno que puede suponer la entrada de ciudadanos con alto poder adquisitivo, su capacidad de gasto e inversión y las sinergias positivas que puede tener a todos los efectos. En este país lo mismo defendemos sanidad universal para todos que criticamos la llegada de extranjeros con los mismos argumentos. Curioso pulso sobre la actividad diaria.
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