Ayer, dos ex-ministros tuvieron un cara a cara en la presentación de Sage Forum, herramienta destinada a la gestión en las administraciones públicas. En este evento, contaron con la presencia de dos ex-ministros, Manuel Pimentel por el PP y Jordi Sevilla por el PSOE.
El tema candente de ayer y de los próximos días es el tijeretazo del Ejecutivo y las distintas valoraciones que ambos ex-ministros han puesto encima de la mesa. En esta línea, ambos coincidieron en que las medidas de recorte del gasto público propuestas son insuficientes en todos los sentidos y que estas medidas tienen que extenderse al resto de la ciudadanía.
En ambos casos, coincidieron en la necesidad de la reforma de las pensiones, el mercado laboral y la necesidad de incrementar la recaudación de las rentas más altas, mediante incremento del IRPF y la instauración del Impuesto sobre Patrimonio.
Aunque lo más llamativo de la exposición que llevaron a cabo los dos ex-ministros es la afirmación de que lo peor de la crisis ya ha pasado. Curioso discurso cuando ahora parece que los ciudadanos de apie se están dando cuenta que la crisis es real y tangible. Como comentaba ayer, cuando la crisis llega a las barras de bares y cafeterías el tema es serio para el ciudadano de a pie, no antes.
En todo caso, es sumamente curioso cómo dos ministros de idelogía aparentemente opuesta en materia económica, se pueden mostrar tan alineados y con tantos puntos de contacto en materia económica. Me llama mucho la atención cómo ninguno de los dos abogó por las políticas económicas y laborales que ambos han defendido desde sus respectivos ministerios y partidos y cómo ninguno de los dos ha reconocido una pizca de responsabilidad por las gestiones llevadas a cabo desde sus Ministerios.
Por ejemplo, Pimentel no impulsó ningún mecanismo laboral importante desde la cartera de Trabajo, cuando estuvo al frente de la cartera en un momento muy bueno para plantear alguna reforma de calado, al igual que el Ministro que iba a enseñar economía en dos tardes a Zapatero no consiguió establecer una racionalización en el propio ministerio de Administraciones Públicas ni criterios de control de gasto férreo.
Me da la impresión que estos dos ex-ministros se encuentran en una posición buena en la parrilla de salida y no sería de extrañar que ambos volvieran a la política de la mano de un tercer grupo político. Tiempo al tiempo, porque sus discursos de ayer no pasan desapercibidos.
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