
La propuesta del empresario y magnate de tecnología estadounidense Elon Musk, íntimo amigo del presidente Donald Trump, ha vuelto aún más urgente el debate sobre el gasto público en los Estados Unidos.
El propietario de Tesla y de la red social X, ha presentado un plan ambicioso para solucionar el déficit gubernamental mediante medidas tecnológicas revolucionarias y la eliminación de ineficiencias en la esfera pública.
Pero, ¿ha funcionado? No, en absoluto, ya que el déficit presupuestario se ha disparado febrero superado con creces las peores expectativas. Y es que, según datos del Departamento del Tesoro de EEUU, aunque el gasto gubernamental ha disminuido ligeramente en comparación con meses anteriores, sigue superando con creces los ingresos.
El pasado mes de febrero, el déficit alcanzó los 307 mil millones de dólares, casi dos veces y media más que en enero y un 3,7% por encima del mismo mes del año anterior. Lo que ha hecho saltar todas las alarmas y plantea serias dudas de cómo el país puede corregir, sí o sí, el rumbo de sus finanzas a corto plazo.
El plan de Elon Musk para reducir el gasto público
Musk ha elaborado una propuesta, eso sí, revolucionaria que consiste en la automatización y eliminación de injerencias gubernamentales. Básicamente, propone la digitalización de diferentes procesos administrativos, la reducción de la burocracia y la reasignación de muchas funciones al sector privado.
Según Musk, en los Estados Unidos, mucho dinero se tira inútilmente en la prestación ineficiente de servicios gubernamentales que se pueden realizar a través de la inteligencia artificial y otros sistemas automatizados.
El polémico magnate cree también que muchos de los programas son redundantes o inútiles y pueden ser eliminados, y que se debe destinar más dinero al desarrollo económico.
Solamente en febrero, el país recibió alrededor de 283 mil millones de dólares en ingresos, mientras que el presupuesto asignó alrededor de 579 mil millones en gastos. La mayoría de los fondos se asignaron a programas de seguridad social, defensa y pagos de interés sobre la deuda nacional, que se incorporan cada vez más el presupuesto dado el crecimiento de las tasas de préstamo.
Los costes de los intereses de la deuda nacional son cada vez más altos. Una cifra que sigue en aumento en medio de una política de austeridad y de las tasas de interés de la Fed. Sin embargo, este no es el único problema: la inflación está elevando el coste del mantenimiento del presupuesto nacional.
Gastos y más gastos para EEUU
Pese a que datos tan importantes como son el consumo o el desempleo continúan en tasas positivas, no todo son buenas noticias para EEUU. El gasto en programas sociales sigue siendo muy alto, con el coste de la Seguridad Social creciendo sin parar. También, el gasto en defensa. Cabe recordar que, según Ley de Autorización de Defensa Nacional, EEUU va a destinar para este 2025 un presupuesto sin precedentes de más de 895 mil millones de dólares.
La propuesta de Musk está lejos de ser perfecta. A pesar de que muchos analistas políticos y económicos opinan de forma positiva la modernización de los servicios gubernamentales y la consideran necesaria, situar la automatización en el centro de la propuesta de política fiscal no deja de generar críticas.
Los más escépticos piensan que muchos sectores no tendrán tiempo suficiente para adaptarse a las nuevas obligaciones tecnológicas, lo que podría conducir a despidos masivos y pobreza. Otros también argumentan que la eliminación de los programas gubernamentales podría tener consecuencias no intencionadas, especialmente para los sectores más desfavorecidos.
Además, tal y como está ocurriendo, recortar el personal de las agencias federales también podría mermar la capacidad del gobierno para responder a crisis económicas o emergencias nacionales.
Reacciones políticas y empresariales a `El plan de Musk´
Mientras algunos políticos del partido republicano han elogiado las ideas de Musk, los demócratas han lamentado el impacto social de las propuestas. En el sector empresarial, ciertas compañías tecnológicas respaldan la propuesta y ven una oportunidad en la digitalización de los sectores gubernamentales. Aun así, otros se preocupan por la privatización de las agencias y eventualmente la desigualdad de acceso a sus recursos.
El futuro de la economía estadounidense es incierto. Al creciente endeudamiento nacional y las tendencias de gastos hay que sumarles la política arancelaria de Trump que podría volverse en su contra, amén de los tambores de recesión que no dejan de sonar.
Es importante destacar como el déficit aumentó durante los últimos años de la administración Biden, pasando de 1.38 billones a 1.83 billones de dólares. Como constante, Trump ha hecho de la reestructuración fiscal una de sus prioridades, introduciendo el Departamento de Eficiencia Gubernamental, que busca reducir el personal en varias agencias gubernamentales.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por controlar el déficit, la propuesta de extender la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos, que se implementó en su primer mandato, podría añadir 3.3 billones de dólares al déficit en la próxima década