Una de las dudas que quedaba sobre la reforma laboral aprobada ayer (y que hoy se puede leer en el BOE) es si el Congreso iba a convalidarlo. El fin de semana pasado los grupos dieron signos de que votarían en contra, y esto hacía pensar que una aprobación sería complicada. De hecho es muy posible que una votación negativa haría que el Gobierno se quedara sin margen para cumplir las exigencias de los deudores y habría que convocar elecciones, en un momento muy complicado para España. Por lo tanto la aprobación del decreto-ley es muy importante para este Gobierno.
¿Qué ha pasado desde el fin de semana? Pues el Gobierno ha hecho dos cosas. Primero, realizar unos cambios, que si bien no han sido tan radicales como se llegó a decir, sí que son significativos y ha contentado a algunos partidos. Segundo, permitir la introducción de enmiendas en el decreto-ley. Es decir, si la semana pasada se presentaba la reforma como algo cerrado, ahora el resto de grupos pueden hacer sus aportaciones. Aunque la reforma ya está en marcha, y los empresarios pueden hacer uso desde ya de las nuevas figuras, en otoño puede haber modificaciones.
Estos cambios han sido suficientes para que CiU haya dicho que no va a votar en contra. Es decir, se abstendrá o votará a favor. Y eso es suficiente para que el decreto-ley se apruebe. Es decir, lo aprobado ayer es definitivamente la base del nuevo marco laboral de España. Habrá cambios, sobretodo en las causas objetivas de despido y queda por definir el fondo de capitalización (modelo austríaco). Pero es la base.
Vía | El País
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