La pasada semana, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondiente al mes de abril. Por cuarto mes consecutivo este indicador se sitúa en terreno negativo: subió un 0,7% en abril respecto al mes anterior y recortó tres décimas su tasa interanual, hasta el -1,1%.
Tenemos ante nosotros la tasa más negativa del IPC desde febrero de 2015, cuando se experimentó también una tasa del -1,1%. En esta ocasión, el abaratamiento de la electricidad y de los viajes organizados y la estabilidad de los precios de los hoteles se encuentran detrás de este valor, según informan desde el propio INE.
Con el dato oficial de abril, el IPC anual encadena su cuarta tasa negativa, tras comenzar el año en el -0,3 % y registrar tanto en febrero como en marzo una tasa del -0,8%. Desde enero de 2015, el IPC sólo se ha situado en terreno positivo durante los meses de junio y julio de 2015, en el 0,1% en ambos casos, y en diciembre del mismo año, cuando cerró el año en el 0%.
Por su parte, la tasa anual de inflación subyacente, que no incluye ni los precios de los productos energéticos ni el de los alimentos no elaborados, disminuyó cuatro décimas el pasado mes de abril, hasta situarse en el 0,7%. Mientras tanto, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se situó en el -1,2%, dos décimas menos que el mes anterior.
El IPC por grupos
Para calcular el IPC se contrasta la evolución de los precios de un total de 489 artículos repartidos en doce grupos, cada uno con una ponderación diferente, como ya analizaremos más adelante. En esta ocasión, los grupos con influencia negativa que más han destacado en el descenso de la tasa anual del IPC han sido los siguientes:
Ocio y cultura, cuya tasa cae más de dos puntos y medio hasta el -2,6% debido principalmente a que tras Semana Santa se han reducido los precios del viaje organizado.
Vivienda, que ha experimentado una importante caída, del -7,1%, aunque ocho décimas inferior a la de marzo. En este caso, la caída se justifica por la reducción de los precios de la electricidad.
Hoteles, cafés y restaurantes, cuya tasa cae cinco décimas por debajo de la marzo y se sitúa en el 1,1%, debido a la estabilidad de los precios de los hoteles y otros alojamientos.
Mientras tanto, en el lado contrario de la balanza, los grupos con mayor influencia positiva en el IPC han sido los siguientes:
Alimentos y bebidas no alcohólicas, que experimentan una variación del 2%, tres décimas más que el pasado mes, debido a la subida de los precios de las frutas frescas y el pescado fresco.
Transporte, que aumenta su tasa dos décimas hasta el -5,1% debido fundamentalmente al incremento de los precios de los carburantes y lubricantes.
Comunicaciones, cuya tasa se sitúa siete décimas por encima de la de marzo debido a la subida de los precios de los servicios telefónicos. En concreto, en el 3,4%.
¿Han subido los precios durante la crisis?
Para saber cómo han evolucionado los precios desde el estallido de la crisis económica, vamos a tomar como referencia el IPC correspondiente a abril de 2007 y a compararlo con el que acabamos de analizar, es decir, el de abril de 2016. La variación del IPC durante los últimos nueve años ha sido del 11,9 %, lo que confirma la subida de precios durante la crisis.
¿Es esta subida tan grande como parece? La verdad, si la comparamos con el período 1997-2007, en el que la subida de los precios fue del 35,1%, la respuesta es no. Lo mismo ocurre al comparar con el período 1987-1997, el en que el incremento de precios fue del 62,5%. Podríamos concluir, por tanto, que los precios han subido durante la crisis, pero no tanto como en períodos de igual duración anteriores.
Volviendo a la comparativa 2007-2016, por grupos, tal y como se comprueba en la tabla, las mayores subidas durante estos nueve años se han producido en "Bebidas alcohólicas y tabaco" (60,7%), "Enseñanza" (33,3%) y en grupo "Otros" (21,1%). Mientras tanto, destacan las caídas de precios de los artículos de los grupos de "Comunicaciones" (-14,8%) y "Ocio y cultura" (-5,1%). Además, los precios del grupo de "Vestido y calzado" se ha mantenido prácticamente iguales, en el 0,1%.
En la siguiente tabla, cortesía de Comunidad Horizontal, se puede consultar el IPC interanual mensual desde el año 2005 para ver su evolución:
En la tabla se observa claramente como las considerables subidas de precios durante los años previos a la crisis, así como durante los primeros años de la misma, se han transformado en valores del IPC en negativo de manera casi continua desde mediados de 2014, consecuencia evidente del empobrecimiento de la población.
¿Es el IPC un indicador fiable?
El IPC es el indicador por excelencia para medir el nivel general de precios de un país. En teoría, este indicador es una media ponderada de los precios de los precios de los bienes que suele consumir por regla general una familia media, recogidos en los que se conoce comúnmente como la "cesta de la compra". Estas son las ponderaciones que se da a cada grupo:
Para elaborar la mencionada cesta de la compra se utiliza la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), que recoge la información de 489 artículos vendidos en 30.000 establecimientos repartidos entre 177 municipios españoles (las 52 capitales de provincia y 125 localidades). Sin embargo, ¿es esta cesta representativa de lo que realmente consumimos?
La fórmula que se utiliza actualmente para calcular el IPC en España se revisó en el año 2001 siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea. Tras esta revisión, incorpora varias novedades que la hacen más dinámica que las anteriores. Entre ellas destacan:
Las ponderaciones no permanecen fijas durante el periodo de vigencia del sistema, sino que se actualizan anualmente. En índice actual incorpora mayores ponderaciones en gastos en, por ejemplo, móviles, tabaco, restaurantes, hoteles, cafés, transportes y telecomunicaciones.
La estructura del IPC, es decir, los productos que integran la cesta de la compra y los considerados para el periodo base, se revisan cada cinco años.
Incluye las ofertas y rebajas, debido a que tienen un impacto notable sobre los precios de los productos en determinadas épocas del año.
A pesar de ello, como indicador de la variación de los precios de consumo de un país, el IPC presenta ciertas limitaciones:
La cesta de bienes española sigue sin incluir algunos bienes y servicios, como los gastos derivados de la compra o alquiler de una vivienda, concepto que en cambio, sí tienen en cuenta en otros países europeos.
Al utilizar un año base como referencia, cuanto más lejano sea el año considerado más se desvirtuará la representatividad de los bienes que integran la cesta, debido a la aparición de nuevos bienes y servicios o al cambio de los hábitos de consumo. Por ello, el plazo de revisión se redujo de nueve años a los cinco mencionados.
No tiene en cuenta variaciones en la calidad de los bienes, por lo que en la práctica es muy difícil determinar qué subidas de precios responden a incrementos de calidad. ¿Se imaginan comparando el precio de un ordenador de hoy con el de uno de hace diez años? El IPC lo hace.
Los datos del IPC tienen su origen, como señalamos, en la EPF, una encuesta sobre los presupuestos de las familias representativas de todas las españolas. Sin embargo, no está claro, o al menos resulta discutible, hasta qué punto los son.
Con todo, la última revisión del IPC tuvo lugar en febrero de 2012. Sin embargo, los resquicios de los años 80 aún se mantienen en el cálculo de este indicador. Así, productos como el walkman, el tocadiscos o la máquina de escribir aún siguen presentes en el cálculo del IP.
Esperemos que los señores del INE se pongan las pilas en la próxima actualización, que toca el año próximo, y productos tan desfasados como estos desaparezcan, dando de esta forma un aire fresco al IPC que lo haga más representativo.
En El Blog Salmón | EL IPC vuelve a caer en febrero y se sitúa en el -0,8%