Y como Tito respondiera que no, Vespasiano zanjo el asunto con una frase que ha pasado a la Historia:
- El dinero no huele.
Claro que, en un sentido totalmente distinto al que dió lugar a esta anécdota,algunos si que pueden decir a que huele el dinero.
Al menos el dinero de Bankinter. Y es que esta entidad, por la cual tengo una cierta debilidad dado su carácter innovador y de ideas claras, acaba de registrar su olor corporativo. ¿Y a qué huelen Bankinter y su dinero, que diría ironic? El 17 de abril, día de la próxima Junta de Accionistas sera su presentación y ahí saldremos de dudas. Por lo pronto hablan de aromas florales.
Estamos acostumbrados al uso de la vista y del oído en relación con el marketing bancario. A ellos se incorpora, en un claro ejemplo del marketing sensorial, el olfato. Algo que, si bien había visto (perdón, olido) en algunas comercios, jamas me imagine que llegase a la Banca. ya sólo les queda el tacto y el gusto, aunque parece que el poder evocador del aroma es muy superior
Me parece una buena idea. Supongo que buscan uniformizar la experiencia del cliente, independientemente de la sucursal, y conseguir que Bankinter acogote nuestros sentidos, de modo que se tengan más reacciones instintivas y menos racionales. Que al final de eso trata, en gran medida, el marketing. Se pongan como se pongan
Vía | La trastienda Más Información | Los apuntes de Miguel, Sinmiedo