Tras esta bajada de tipos se esconde el alarmante dato de inflación de la eurozona que conocimos la pasada semana: caída al 0,7 % desde el 1,1 % anterior (el objetivo del BCE es del 2 %). Está claro que el miedo al fantasma de la deflación ha llevado al BCE a dar un puñetazo encima de la mesa con esta medida tan drástica. Además, el paro desatado y la anémica recuperación económica no son buenos compañeros de viaje. De esta forma, el objetivo de Draghi con este movimiento no es otro que animar al sector financiero a que ponga el dinero en circulación para que este llegue a las familias y a las empresas con el fin último de reactivar la economía de la zona euro.
Pese a ello, tenemos nuestras dudas sobre si esta rebaja del precio del dinero tendrá efectos positivos a largo plazo en la economía. Por un lado, no podemos obviar que si los bancos no prestan dinero ello se debe a una razón muy simple: no confían en la solvencia de particulares y empresas.
Por otra parte, con la deuda privada en niveles altísimos en algunos países como España y con un proceso de desapalancamiento en marcha, no tengo claro hasta qué punto podría ser beneficiosa una reactivación del crédito. ¿No habíamos quedado en que la barra libre de crédito generaba burbujas? Como ya señalamos en otras ocasiones: la solución no pasa por invocar a los espíritus del crédito barato.
En El Blog Salmón | Miedo al fantasma deflacionario lleva al BCE a histórica baja en los tipos de interés, El BCE nos explica qué es y cómo funciona y La bajada de tipos apenas afectará a nuestros bolsillos Imagen | Parlamento Europeo