Fred Wilson considera, dentro de ese grupo, a dos perfiles diferentes: los fundadores y el equipo de gestión. Que muchas veces coinciden (sobre todo en estadios iniciales de los proyectos), pero que a veces no. En todo caso, estas personas tienen que tener la capacidad de liderar a un equipo de personas, y de esa capacidad depende en gran medida el éxito de los negocios. Como bien dicen, "ningún negocio es lo suficientemente bueno como para que las personas equivocadas no lo estropeen, y ningún negocio es tan malo como para que un buen equipo no pueda sacarlo adelante". Dicho esto, entre las variables que consideran a la hora de decidir invertir en un negocio y que tienen que ver con las personas, están las siguientes:
- Sólo trabajar con gente con la que disfruten trabajando: no importa lo atractiva que una inversión parezca sobre el papel, no quieren relacionarse con gente con la que consideren que no tendrán una experiencia positiva.
- Para poder llegar a esa conclusión, trabajan de forma muy estrecha con los emprendedores antes de tomar la decisión sobre la inversión, de forma que puedan obtener la información y el "feeling" suficiente.
- Respaldar a emprendedores con quienes hayan tenido buenas experiencias previas: el factor personal supone un aval para las nuevas ideas que puedan tener.
No está mal como reflexión. Y es que en muchas ocasiones parece que sólo importan las estimaciones de beneficios, los planes de negocio y los análisis de mercado. Y no está de más recordar que el factor personal también importa, y mucho.