Existe un lugar común que dice que la administración pública es más eficiente cuanto más cerca está de los ciudadanos. Ya sabe, estar más cerca de los ciudadanos, puede reaccionar mejor, conocer sus inquietudes,… Por eso se le atribuye a la descentralización realizada en España mucho de la prosperidad lograda durante el período democrático. Algo aventurado porque no sabemos cómo hubiera reaccionado la economía ante un sistema más centralizado.
Lo que sí parece claro es que el sistema autonómico español es muy caro y ha supuesto un incremento en el gasto corriente de las administraciones. En el blog del IE nos proporcionan el gráfico superior donde se muestra el incremento de los funcionarios totales de las diferentes administraciones. En principio la descentralización no tenía porque conllevar un incremento de las plantillas ya que aquel personal que trabajaba en hospitales, colegios públicos u oficinas simplemente pasaba de depender del Estado a hacerlo de los gobiernos autonómicos. Pero la realidad muestra que el descenso del personal de la administración central es muy inferior al incremento del personal de las autonomías.
Además se produce un curioso fenómeno. Al principio los funcionarios de las regiones ricas logran mejoras salariales. Inmediatamente los funcionarios de las regiones pobres reclaman igual retribución y presionan a sus políticos para que les den lo mismo. Es lo que ha ocurrido en la última huelga de la justicia. Cuando al final todos tienen más o menos los mismos ingresos, los funcionarios de las regiones ricas exigen una nueva subida como la de los trabajadores de la enseñanza pública madrileña. Y vuelta a repetir el ciclo.
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