Las interrogantes son varias. ¿A EEUU le faltan huevos? ¿o de lo que verdaderamente escasea es de gallinas? ¿consumen los estadounidenses huevos por encima de sus posibilidades? Quizás la respuesta podría ser un compendio de todo ello. Lo que sí es cierto es que encontrar un huevo en EEUU se ha convertido en una completa odisea.
La escasez de huevos en el país que gobierna Donald Trump ha generado titulares en todo el mundo. E incluso imágenes casi “apocalípticas”: estantes vacíos en supermercados, precios disparados, colas kilométricas que no se veían desde tiempos de lo peor de la pandemia y hasta racionamiento en algunos establecimientos.
¿Y cómo telón de fondo? la fragilidad de la cadena de suministro de un producto básico -e indispensable en la dieta del país- como es el huevo. Pero, ¿cómo ha llegado la primera potencia mundial a esta situación? ¿podría España enfrentarse a un escenario similar? Aunque parezca improbable, los datos sobre la producción y el consumo de huevos en España sugieren que no es un escenario tan descabellado.
La crisis de los huevos en Estados Unidos explicada
La escasez de huevos en Estados Unidos es el resultado de una combinación de factores. El más significativo fue el brote de influenza aviar que afectó a millones de gallinas ponedoras en 2022 y 2023.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), más de 58 millones de aves, incluyendo gallinas, se vieron afectadas por esta enfermedad altamente contagiosa. Esto redujo drásticamente la producción de huevos en el país, que es el segundo mayor productor mundial después de China.
Además, el aumento de los costes de producción, impulsado por la inflación y el encarecimiento de los piensos, ha agravado para colmo la situación.
Como resultado, los precios de los huevos se han disparado en más de un 150% en algunos estados, dejando a muchas familias con dificultades para acceder a este alimento básico y consumido desde el desayuno hasta la cena. Incluso se ha registrado un aumento en la construcción de gallineros caseros como una alternativa para asegurar el suministro.
España tiene más huevos que (casi) toda Europa
España es uno de los principales productores de huevos de la Unión Europea. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en 2022 se produjeron más de 1.100 millones de docenas de huevos, lo que equivale a aproximadamente 13.200 millones de unidades.
Esta cifra sitúa a España como el cuarto mayor productor de la UE, por detrás de Alemania, Francia y Polonia. La industria del huevo en España está altamente especializada y tecnificada, con granjas que operan bajo sistemas de producción intensiva que garantizan una alta eficiencia. Sin embargo, esta dependencia de un modelo intensivo también conlleva riesgos.
Un brote de enfermedad, como la influenza aviar, podría tener un impacto devastador en la producción, tal como ha ocurrido en Estados Unidos, y repetir la situación que está viviendo el tío Sam.
A los españoles nos encantan los huevos
Los españoles son grandes consumidores de huevos. Según la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO), el consumo per cápita en España ronda los 250 huevos al año, lo que equivale a aproximadamente 4,8 huevos por persona a la semana.
Este dato sitúa a España por encima de la media europea, que se encuentra en torno a los 210 huevos anuales por persona. El huevo es un alimento fundamental en la dieta española debido a su versatilidad, su valor nutricional y su precio asequible.
Es una fuente importante de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales, lo que lo convierte en un producto básico en muchos hogares. Además, su uso es clave en la industria alimentaria, desde la elaboración de productos de panadería hasta la fabricación de salsas y platos precocinados.
Entonces, ¿realmente podría España enfrentarse a una escasez de huevos?
Aunque España cuenta con una industria del huevo robusta y altamente productiva, no está exenta de riesgos. Uno de los principales desafíos es la amenaza de enfermedades como la indicada anteriormente, la influenza aviar.
En 2022, varios brotes de esta enfermedad en Europa obligaron a sacrificar miles de aves, lo que generó preocupación en el sector. Aunque España logró contener la situación, un brote a gran escala podría tener consecuencias similares a las vividas en Estados Unidos.
Otro factor a considerar es la dependencia de las importaciones de piensos. España importa una gran cantidad de maíz y soja, ingredientes esenciales en la alimentación de las gallinas ponedoras.
Cualquier interrupción en la cadena de suministro, ya sea por conflictos internacionales o por el aumento de los precios de las materias primas, podría afectar gravemente a la producción de huevos.
Además, el cambio climático representa una amenaza creciente. Las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensas, pueden afectar negativamente a la salud y la productividad de las gallinas, reduciendo la cantidad de huevos que ponen.
Prevenir antes que falten huevos
Lo que está claro es que la crisis de los huevos en Estados Unidos sirve como una advertencia para otros países, incluida España.
Para evitar una situación similar, es fundamental invertir en medidas preventivas, como mejorar la bioseguridad en las granjas, diversificar las fuentes de piensos y fomentar prácticas sostenibles que mitiguen el impacto del cambio climático.
Optar por huevos de producción local y sostenible no solo apoya a los productores españoles, sino que también reduce la huella de carbono asociada con el transporte de piensos y productos.